sábado, diciembre 30, 2006

Casi Año Viejo

Yo por Dentro - Cine, tele y así

Bueno, este será probablemente el último post del año. Y se dió que fuese de un sábado. Fiel a las estructuras, mi obligación es brindarles algo de música a quienes se hayan privado de dormir todo el fin de semana, de principio a fin, como a mí me habría gustado. Ofreceré variedad.

Esta es una canción que conocí a través de una película hace no mucho tiempo. Podríamos jugar, a ver si aciertan la película. Hay una respuesta fácil errónea, y una correcta. Pero yo tengo demasiado sueño como para jugar.


No es la versión que prefiero, pero es que la que YouTube tiene en stock. Me tocó laburar el 25 de Dciembre y me tocará el 1 de enero, y me tocó hoy, y así... entonces, que nadie duerma. ¡Que nadie duerma! Una de las canciones más hermosas que existen. Absoluta candidata a la eternidad.


Y esta es una picardía que comienza ser canción después de algunos minutos. Para despedir el año llorando a los gritos, aunque te haya salido todo bien. Un poco torpe, alegre... y muy cariñoso... ¡Canten, carajo! ¡Mi-co-razón encanta-do-bri-lla...!

Y feliz año.

viernes, diciembre 29, 2006

Usando la cabeza

Yo por Dentro – Guías, listas, manuales, etc. – Cine, tele y así
Vuelvo a hablar de cine pochoclero, un poco por arriba pero con cierto ojo clínico. La gracia de la gran mayoría de las películas de terror es que uno se imagina lo que haría en tal o cual situación, a fin de zafar y llegar vivito y coleando a los créditos. En lo que a mi respecta, creo que muchas situaciones podrían haberse resuelto de diferente manera. Incluso creo que el problema es que cuando el malo te persigue, se te hace particularmente difícil pensar. “En frío”, otra sería la historia. Hete aquí lo que yo creo que podría haberse hecho en algún momento.

Chuky, el muñeco maldito. Siempre me pareció el más fácil de derrotar, probablemente porque si un niño viniese y me dijese que su muñeco es diabólico, le creería. Soy muy crédulo: el otro día me llamaron en broma haciéndose pasar como empleados de AySA (antiguamente Aguas Argentinas) y me hicieron abrir la canilla para ver si salía agua, pero eso no viene al caso. Lo que importa es que a Chuky bien podría derrotársele metiéndolo en una mochila gruesa y enterrándolo, o atravesándolo con una lanza, o cagándolo a patadas contra una pared en un cuarto cerrado y completamente vacío. En cualquier caso, lo que importa es no permitirle armarse con un cuchillo o parecido. Envolverlo en cinta aisladora, meterlo en un baúl y dejarlo ahí también debería funcionar. Lo más importante, obviamente, sería fingir que no le vas a hacer nada y que descrees del niño asustado. Que piense que no sospechás de él.

El T-1000, enviado a asesinar a John Connor. Este es mucho más jodido. Si te agarra en cualquier lugar en el que no haya suficiente nitrógeno líquido como para congelarlo, chau. Listo el pollo, pelada la gallina. Ahora bien, como dijo alguien en un comentario de un post anterior, en caso de dejarlo congelado uno dispone de mucho tiempo para mandarse a mudar. Sin embargo, esta es la alternativa que creo más conveniente a la hora de derrotarlo.1) Congelarlo con nitrógeno líquido. 2) De un balazo o golpe fuerte, romperlo en pedazos. 3) Guardar los pedacitos en envases cerrados herméticamente (se me vienen a la cabeza los frascos de vidrio en los que venía la mayonesa Fanacoa cuando todavía tenía gusto a mayonesa) y mantenerlos siempre alejados, o enterrados en cemento. No me van a decir que no funcionaría.

Algo en lo que -aparentemente- a nadie se le ocurrió pensar, fue en la posibilidad de aprovechar el hecho de que los exterminadores de la saga no conocían el aspecto de sus víctimas a la hora de llegar. Ustedes saben: tenían el nombre solamente. Ni imagen, ni ADN, ni grupo sanguíneo. Bastante desprolijo el futuro, ya que técnicamente, con cambiar la identidad de los buscados antes de que pudiese echarse mano de una fotografía, podría cuando menos, ganarse mucho tiempo. Digo, es una impresión. Bastaría con esconderse hasta que se terminase de llevar a cabo el papeleo. Lo que en Argentina llevaría un par de años.
Y si dan otras sugerencias o plantean otros casos, lo conversamos en los comentarios.

jueves, diciembre 28, 2006

Se va el año, bailando por un sueño

Yo por Dentro - Vida Diaria

El 2006 será recordado por muchas razones. Uno, a fin de aprender y evolucionar, debería hacer siempre un recuento sin sumar todo lo bueno por un lado y todo lo malo por otro para luego intentar sacar un saldo. Probablemente piense yo así debido a que en mi caso particular, habiendo sufrido la muerte de mi hermana menor en un accidente, no recibiría sino un resultado negativo al punto de la desesperación, los puñetazos impotentes contra la pared, los chicles de cianuro y los cinturones de explosivos.

Pienso que éste podría haber sido un buen año, pese a que el kilo de lechón en mi carnicería de cabecera cerró a diez pesos, cuando a esta altura del pasado andaba en siete, a lo sumo. Aprendí a comer pan dulce con fruta abrillantada. No, no me gusta un carajo la fruta abrillantada, pero aprendí a comerlo. Puede culparse de ello a mi novia, quien disfruta de tal manjar y me obliga (no de palabra, sino a través del juego psicológico que me hace sentirme menos hombre) a ingerirlo a lo macho, sin espulgarlo cual gato callejero.

Hablando de mi novia: este año me comprometí ella. Aaaahhhh… que ternura. La amo, y así quiero despertarme junto a ella todos los días. Voy a casarme. Y todo hombre sabe lo que eso quiere decir: nuestros ideales de peleas con dragones, banquetes, orgías, pornografía despreocupada, espadas, paredes húmedas, Playstation siempre listo para entrar en acción y ese estado de paz con el Universo pasan a ser reemplazados por una sucesión de decisiones en conjunto, colores pastel, muchos tonos de rosa y durazno tanto en paredes como en cortinas y sábanas, mesitas de luz y la sensación inequívoca de que la vida se predispone a hacernos sentir como una nena de ocho años o una vieja de setenta hasta el día de nuestra muerte, que nos encontrará envueltos en nuestros propios orines. En el mejor de los casos, uno puede aspirar a verse y sentirse como César Masetti, aunque sin el dinero. En todas las "blanquerías" dicen que el "natural" es un color de acolchado que queda muy hermoso cuando los muebles son oscuros. Oh, rayos, no puedo esperar.

También fue un año en el que trabajé más de lo que estudié. Lo que se entiende, ya que no estudié nada “oficialmente” y puse cualquier posibilidad de carrera en “stand by”, por motivos a esclarecer. Pero ya estoy anotado para retomar este 2007, y eso es mucho decir. Y fue el año fuerte de Damos Pen@... que al salir “hipervinculado” un puñado de veces en el pretigioso “¡Yo Contra el Mundo!!” de Esteban Podeti, dejó de ser un recurso entre quien escribe y un puñado de fulanos íntimos, para ser un recurso entre quien escribe y un puñado más grande de fulanos desconocidos, probablemente degenerados y loquitos todos ellos.

Y fuera de mi capullo también pasaron cosas. Se murió Pinochet, el otrora dictador chileno. Aquí, la moda anti-uniformes hizo que se festejase, aún pese a que la muerte del criminal mencionado no representaba absolutamente nada sino un desquite con gusto a poco. Porque para morirse y que sirviera, bien podría haberse atragantado con pochocho mientras miraba televisión al otro día de haber dado el golpe de estado. Jugamos el mundial con cierta dignidad y nos volvimos con cierta dignidad. No tuvimos muchos héroes, creo que el único fue Madonna Quiroz, quien sacó su arma y a los balazos contra la multitud evitó una masacre. O al menos eso dicen los jueces. Insisto, no tuvimos muchos héroes.

Los padres de Cromagnon siguen amenazando con eso de que nos van a quemar vivos a todos, y la gente de Botnia todavía se resiste a poner la papota para la pantagruélica coima que sabrá hermanarnos con los uruguayos. Ni el paco ni los secuestros/homicidios decayeron y cualquiera sigue metiéndote dos o tres balazos y destruyendo a tu familia si tiene ganas, pero como se adelantó el aguinaldo y todo el mundo pudo salir a gastarse la vida en celulares y reservas para las vacaciones, casi ni nos dimos cuenta. Desapareció un tal Julio López, el padre Grassi (dicen) se fifó a un montón de chicos y ¡Ah! Resultó que en los barrios privados se daban cosas así como fiestas de sexo, drogas y esas cosas. De no creer, porque si yo fuese una cincuentona adinerada, aburrida y rebosante de tiempo libre gracias al servicio doméstico, haría otra cosa con mis vecinos. Lo que se dice organizar orgías, no. Gago se salvó para toda la cosecha y apunta a convertirse en un Redondo cualquiera.

Y ya está, no pasó nada más.

Etiquetas:

miércoles, diciembre 27, 2006

Así habló Chinchulín #7

Así habló Chinchulín - Cine, tele y así
No veo la hora de que se esclarezca lo correspondiente al crimen de Nora Dalmasso en Río Cuarto.
En primer lugar, porque no me cabe que los platudos me anden refregando en la cara lo que pasa en esas espectaculares festicholas sexuales a las que no me invitarán nunca; en segundo lugar, porque me opongo a que se le de tanta importancia a lo que ocurre en cualquier barrio privado cordobés cuando acá nomás en Escobar, Tigre o San Fernando, provincia de Buenos Aires, capital de la República Argentina, tenemos degenerados cincuenta veces peores, más “pulentas” y en puestos municipales; y en tercer lugar, porque la mina era poco menos que un arlequín diabólico o guasón del infierno. Algunas de las fotos que salen en la televisión me dan una impresión y un miedo de la puta madre que la parió a ella y al forro que la mató y la hizo famosa.

Etiquetas:

martes, diciembre 26, 2006

Las peores formas de sonar como arpa vieja

Yo por Dentro – Guías, listas, manuales, etc.

Habiendo hecho con precisión la lista de las mejores muertes posibles, creo que el equilibrio cósmico debe reestablecerse confeccionando la lista de las peores formas de abandonar la existencia física, o como suele decirse en el idioma grosero y vulgar del vivir diario, defecar más bien ígneo. Algunas están gastadas (o fueron robadas), pero siguen siendo válidas.

10-Como Terry Schiavo. El hecho de que las personas que más querés en el mundo se peleen como perros y terminen por dejarte morir de hambre y deshidratación después de haberte mantenido como a un potus durante los últimos diez o doce años porque tu cerebro está hecho baba y tu cuerpo no sirve, es malo “desde el vamos”. Sumale a eso el hecho de que vas a salir por televisión dando lástima en una batalla que tiene como únicos ganadores a los noticieros amarillistas carentes de escrúpulos, los fanáticos religiosos carentes de escrúpulos y los políticos carentes de escrúpulos.

9-Sufrir un accidente masturbatorio mortal mientras mirás una película de pornografía suave al estilo “The Film Zone”y que tu esposa se entere mirando la televisión. Es jodido el asunto. Y gracioso. Se rumorea que el antiguo vocalista de INXS no se suicidó, sino que falleció accidentalmente mientras se masturbaba y aplicaba al mismo tiempo una buena cucharada de asfixia autoerótica. Mucha gente muere así, y merecido se lo tienen, porque a la hora de masturbarse hay que saber que acogotarse en estéreo es peligroso, poco recomendable y nada honorable.

8-Que te despachurre la hélice de un avión cuando estás dándole una paliza a alguien. Caramba, esto si que debe ser fulero. Estás peleando con Harrison Ford (ganando fácil) y de repente al avión gira hacia uno de sus lados. No te das cuenta en un principio, pero llegás a darte vuelta justo para sentir el horror de que te feteen la cara al punto de dejarte la cabeza hecha puré. El asunto es ese: te diste vuelta, porque si no, no era para tanto.

7-Ahogarte mientras te bautizan de adulto en una iglesia evangélica. No sé si habrá pasado, pero me imagino que debe ser tan humillante como triste. Como si no hubiese sido suficiente el hecho de que para llegar a esa instancia tuviste que dejar de hacer todas esas cosas divertidas que hacías antes, y que todos tus amigos ya no quieren juntarse con vos ni te invitan a sus cumpleaños, vas y te quedás seco (irónías aparte) justo antes de comenzar a disfrutar del verdadero placer de amar a Dios. Idiota.

6-Desangrarte durante tu circuncisión de adulto. Es como la anterior, pero judía. Lo que quiere decir que a todo el asunto de la humillación pública se le suma el agravante de que al momento de tu fallecimiento ya llevás un montón de tiempo sin comer sánguches de miga. Y si no querés ser judío y lo hacés meramente por motivos estéticos, entonces tal vez merezcas morir. Hay tres cosas que jamás deben acercarse a un pene: bebés recién nacidos, pirañas y cuchillas.

5-Ser baleado por Emilio Disi o Guillermo Francella. Pasaste años entrenando a fin de convertirte en un verdadero ninja. Aprendiste cosas con las que el resto de los mortales jamás llegarían siquiera a soñar, ¿Para qué? Para que viniese ese par de pelotudos a tropezarse mirándole el culo a una mina, accionando de modo fortuito el gatillo de su fusil, descerrajándote una ráfaga de plomo en pleno torso justo cuando estabas a punto de degollarlos por la espalda. No hay derecho… por más que nadie sepa qué carajo estabas haciendo en un galpón en Lomas de Zamora… no hay derecho.

4-Que te viole un caballo hasta descaderarte y desgarrarte por dentro. Mujer: una empaladura tan épica como hípica debería ser mantenida en secreto y, de ser posible, en el mundo de las fantasías estúpidas que nunca te vas a animar a cumplir, por más pervertida que te pongas con el paso de los años en tu matrimonio. Creo que no hace falta aclarar que si sos hombre esta viaja directamente al primer puesto… No, flaco, no, eso no se hace.

3-Hemorragia cerebral, estrangulamiento de hernia o infarto tratando de hacer caca muy dura. Suena mucho mejor de lo que en realidad debe ser, ya que morirse en el baño con los pantalones abajo es de por sí humillante. Pero lo que hace de esta la casi peor de las muertes es la triste realidad de que muy probablemente (mientras llegabas a semejante instancia) pasaste tus últimos momentos violándote a vos mismo debido a la dureza de tus propias heces. Dilatarse el ano a solas, con dolor y contra voluntad, debe ser en cualquier caso lo más patético que pueda ocurrirle a ser vivo cualquiera.

2-Destrozado durante la suelta de toros en la que decidiste participar previo viaje a España en el cual invertiste todos los ahorros. Y no me estoy concentrando en las heridas que los animales puedan llegar a hacerte mientras te aplastan, o lo profundo que sus cuernos puedan llegar a hurgarte. Lo que hace de esta muerte la segunda peor posible es el hecho de que finalmente terminás despejando cualquier tipo de duda que tus amigos, compañeros de trabajo o colegio, parientes y demás conocidos hubiesen podido tener respecto a si eras o no retrasado mental. Eras. Y tus hijos van a tener que vivir recordándolo gracias a la cruel sinceridad de alguno de sus amiguitos, muy probablemente yo, o un hijo mío.

1-Ser aplastado por un fontanero italiano obeso que te salta encima y te revienta los órganos internos. Mierda, hay que ser un hijo de perra colosalmente sádico para andar por la vida arrojándose feliz y desde lo alto sobre otra criatura viviente. Los intestinos destrozados, las costillas perforándote los pulmones, la cabeza reventada contra el suelo y la consiguiente pérdida de masa encefálica, amén de probablemente un buen rato de agonía, si es que no fuiste desnucado (en el que sería el mejor de los casos) o sumido en la cuadriplejia (quizá el peor de los casos). La clavícula rota, hemorragias de toda índole… Una muerte horrenda, realmente horrenda.

sábado, diciembre 23, 2006

Feliz cumpleaños, JC

Yo por Dentro - Cine, tele y así - Vida Diaria - Religión

Mañana es Nochebuena y pasado es Navidad. Y hoy, Chinchulín y yo vinimos juntos a saludar. Los videoclips, vienen a ser los modestos regalitos que les hacemos a todos ustedes, aunque sabido es que los sábados somos siempre los mismos cinco gatos locos los que entramos a este bastión.


El primero es probablemente el video que más me llegó al corazón la primera vez que lo ví. Me hace dudar acerca de mi sexualidad, incluso, ya que de un tiempo a esta parte, para asegurarme de mi masculinidad, no llevo a cabo acción ninguna sin antes preguntarme: "¿Lo habrían hecho Blas Giunta, el Coco Basile y Cacho Castaña?". Pero no puedo evitar emocionarme y angustiarme notablemente cuando lo veo. Me lo dedico a mí.


El segundo se lo dedico a mi hermanita, que en estas fiestas no va a estar. Y en ninguna más. Entre los horrores que te extraño, Noelia, de a ratos me acuerdo de una de las pocas canciones en las que nos podíamos poner de acuerdo. Y la única que llegamos incluso a cantar juntos. Si hay un Cielo, a Dios le pido que estés allí. Aunque mi lugar sea el Infierno, todo bien, no es problema. Saludos a papá y al boludo de Darío.


Y yo quiero dedicar dos temas también, a todos los lectores. Porque no es Navidad a menos que esta canción suene en algún lado. Y que yo sepa, en la televisión argentina no la dieron esta vez.


Y esta también me suena a Navidad, y a Duro de Matar. Feliz Navidad, Bruce Willis.

A todos los damospenienses, les deseamos desde aquí una muy feliz Navidad. Cuídense.

viernes, diciembre 22, 2006

Así habló Chinchulín #6

Así habló Chinchulín
Cabe decir o aclarar, para quienes (cocineros amateurs o medianamente herejes) estén considerando la posibilidad de replicar la “salsa” del lomo “rompecorazones” (o “arranca-tangas” diría mas bien alguien honesto) de la publicidad de la mayonesa para estas navidades, que es conveniente primero dejar que se enfríen los jugos de cocción de la carne (y hierbas), antes de agregarlos a la mayonesa. Y que tal “salsa” debe ir fría, por no decir helada, sobre un manjar también a baja temperatura, de ser posible.

De lo contrario pueden llegar a someter a la damisela (o a toda la familia) a un período indigesto (varía entre quince minutos y cuatro meses y medio) de cagadera convulsiva y flatulencias ininterrumpidas que no se curarán sin intervención de un exorcista entusiasta y un poco de sellaroscas.

Etiquetas:

jueves, diciembre 21, 2006

Ser padres hoy

Yo por Dentro - Madre Naturaleza – Del Habla
De vez en cuando, mientras escribo un artículo, me doy cuenta de que el mismo puede llegar a ocasionarme algún dolor de cabeza. Bueno, no es que me de cuenta totalmente (si fuese así, los evitaría y escribiría otra cosa), sino que mas bien paso a sentir cierto presentimiento de conciencia a lo Pepe Grillo, que no llega a definirse, y me dice algo así como que: “Sería un error no publicarlo, pero puede que en una de esas no salgas ileso si lo hacés”. El de hoy, es uno de esos casos. Algo me dice que voy a arrojarme a los leones.

La paternidad es un asunto serio. Como ya supe decir, estoy de muy buen humor para ser padre, debido a que siento próximo mi casamiento con la mujer que amo. El hecho de ser joven no me desalienta, pero la realidad de que el niño debería criarse a base de pastito, agua (de la canilla) y bichitos que pudiese cazar valiéndose de sus propios medios debido a falta de mejores recursos económicos, sí. Sin embargo, imagino que me daré cuenta de cuan preparado estoy el día que eso suceda, y no antes. Pero en algún rincón terrible de mi alma mántida, estoy convencido (no me alegra, ni ofende o hiere) de que la madre está obligada a ser más responsable que el padre, por algún motivo genético que no entiendo. A fin de cuentas, la panza le sale a ella, y la lactancia corre por su cuenta. De los antojos no digo nada porque siempre tengo ganas de comer entraña a la parrilla y sánguches de miga. A veces, incluso mientras los estoy comiendo.

Con esto no quiero decir que la crianza de la criatura deba llevarse a cabo exclusivamente por la hembra, nada que ver. Tengo planeado ocupar con firmeza y compromiso mi lugar, y dedicar mucho tiempo de mi vida a amar al pequeño mántido, cuidándolo, mimándolo, cocinándole cosas ricas, leyéndole cuentos, inventándole historias, aconsejándolo, acompañándolo y retándolo cuando se equivoque; y porqué no, llegado el caso, convirtiéndolo en una perfecta máquina de matar pensada a fin de sembrar la destrucción y la oscuridad en el mundo. Supongo que esto último lo haré cuando mi esposa no me vea, debido a sus prejuicios cristianos para con el homicidio, la tortura con bambú debajo de las uñas y demás cosas divertidas.

Pero sí sospecho que el grado de responsabilidad del padre es intrínsicamente menor. A fin de cuentas, las licencias laborales se siguen otorgando exclusivamente por “maternidad” (al padre falta que le digan: “Te hubieras puesto un forro”) y jamás -pero jamás de los jamases- voy a soñar con la posibilidad de que una mujer joven que viaja rumbo a –ponele- su lugar de trabajo, se levante en el tren para darme el asiento debido a que (como les gusta decir ahora a muchas mujeres) “mi pareja y yo estamos embarazados”. Porque si el grado de responsabilidad es el mismo, también lo deberían ser las condiciones.

Leones, aquí estoy.

Etiquetas:

miércoles, diciembre 20, 2006

Apretame el pomo

Yo por Dentro – Vida Diaria - Otros

No hace falta pensar mucho o haber vivido en el exterior para llegar a la conclusión de que la Argentina no es necesariamente el mejor lugar para vivir (o el que menor seguridad social ofrece, si se quiere). No voy a explicar el “pro” y “contra” de cada cosa detalladamente, pero a mi criterio, entre los elementos que la favorecen se encuentran el bajo precio de la carne vacuna, la escasez de tsunamis y terremotos y el hecho de que, aparentemente, nuestro suelo esconde menos petróleo que una manzana Red Delicious, lo que lleva a la deducción de que hacernos una guerra no se justifica: no valemos el desarrollo armamentista ni los millones de dólares en misiles. Resulta mucho más fácil y barato comprarnos. Sabido es que en este preciso instante, a cambio de una Coca-Cola grande, un par de salamines y un paquete de papas fritas “Pringles”, podrían conseguirse de mí tantas violaciones a los derechos humanos como fuesen necesarias.

Pero, lamentablemente, lo que me disloca es que todo lo que sucede, todo el tiempo, además del olor a coima, lleve también consigo ese gustito a “apriete”. No me gusta escribir sobre el asunto ya que desconozco todo a su respecto y no me interesa demasiado aprender, pero… corríjanme si me voy equivocando. Yo creo que las cosas funcionan así:

-¿No me votás el plan Bonex? Entonces no te levanto el feriado bancario.
-¿No me das lo que quiero? Entonces te corto la calle.
-¿No lo metés preso? Entonces hago justicia por mano propia o te quemo la comisaría.
-¿No me das vivienda? Entonces te ocupo terrenos a mi antojo.
-¿No arreglás? Entonces vas a tener que lidiar con las consecuencias.
-¿No te callás? Entonces te callo.

-¿Testificás? Entonces date por desaparecido.
-¿No me das aumento? Entonces te paro los trenes.
-¿Me parás los trenes? Entonces te los quemo.

Y el apriete funciona. Y da bronca. Todos son rehenes y en cuanto pueden conseguir algo de poder (asociándose a apretadores) se vuelven secuestradores, mientras que los que no quieren engancharse en ese juego tienen que ahorrar para edificar una pieza, llegar tarde al trabajo, esperar a que la justicia falle favorablemente y a su tiempo, etc. Va más allá de plusvalías, desconsideraciones sociales, pobreza o riqueza. Cualquiera sea el apriete, no beneficia sino a un puñado. A los que se quieren quedar con el poder o con la caja.

-¿No les prohiben postularse a los que no me gustan? Entonces tomo la universidad e impido que sesionen –fue la última. Duró casi un año, al punto de que el estado tuvo que tomar cartas sobre el asunto. Y debo reconocer que me alegra muchiiiiiiiiiiiiísimo que haya un rector, aunque ni idea tengo del prontuario que pueda esconder el mismo (imagino que no será mejor ni peor que ningún otro). La Universidad de Buenos Aires es patrimonio de todos, y no sé ustedes, pero a mí no me gusta que me venga a querer apretar ningún greñudo quilombero, estúpido, falopero, violento, fascista reprimido y bolchetrosko, desprestigiando una institución a la que no debería permitírsele ni la entrada, nomás por barrabrava.


Te querés matar. Mirá como me río, mirá: jajajajajaaaaaaaaaaaaaajajajajaja. Tomá, acá tengo cincuenta pesos*, con esto te vas hasta el supermercado chino y te compras jabón, una maquinita de afeitar y champú. No, porro, no. Después de bañarte, con lo que queda te vas a la peluquería y luego a comprar el diario. Hoy vas a ser mantenido mío, y no de tus viejos ni de los fondos destinados a una educación que nunca llega.

*Por cierto, ese señor que aparece dibujado en el billete estudiaba y escribía en serio.

martes, diciembre 19, 2006

El Capacitador de Flujo

Yo por Dentro – Vida Diaria - Trabajando

-Tenés que buscar esto, esto y esto, pero fijate que tenga esto, que sea de esto y que gire así, y no así, ¿ves? -me dijo el albañil señalándome una cosa de bronce que automáticamente supuse era un engranaje indispensable del “Turco”, ese autómata ajedrecista tantas veces mencionado cuando se recuerda al músico Leonard Maelzel. Finalmente, y tras varios intentos infructuosos de memorizar la gracia de mi presa, me anoté lo que tenía que comprar. A los veinte minutos estaba de vuelta en casa.

-Ah, no… ese no nos sirve –me dijo el viejo pensando en que soy un inútil, seguramente. E hizo lo que todo albañil, plomero o electricista hace: me llevó a ver que era lo que teníamos que hacer con ese piturrito metálico.
-¿Ves? Esto encaja así, y después, cuando esto hace así, eso se queda ahí, pero tiene que trabar así…
-Claro, ahora entiendo -mentí yo. Y a escondidas me dibujé el cosito que tenía que comprar. El dependiente de la tienda, apenas lo vio lo reconoció, y como si nada hubiese sucedido caminó hasta alcanzar una caja de las setecientas que descansaban en los estantes. Me dio un chirimbolo aparentemente igual al anterior, con el cual me presenté en mi domicilio nuevamente, no descartando la posibilidad de que tal elemento hubiese venido del futuro.

-Acá está –dije enarbolando tembloroso el artilugio sobre mi palma siniestra -. Discúlpeme, es que no lo había entendido antes.
-Ahora sí –fue su respuesta, mientras pensaba en que no por ello era yo menos inútil-. Fijate que esto va así y ahora… ¿ves? Vos podrías ponerlo.
-Sí –dije triunfal, volviendo a mentir. Ponerlo hubiese sido para mí el equivalente a encontrar a Julio López.

A lo que voy es a que, más allá de que existen empleos que decidida y absolutamente no me gustaría tener (como el de limpiavidrios en un edificio alto), me creo absolutamente discapacitado para realizar cierto tipo de tareas. Especialmente las referidas al trabajo manual propio de un plomero, albañil o electricista: en ellas me abro paso forcejeando a través de la vida como Nazarena Velez en una biblioteca. Algunas cosas me cuestan. Se me podría abandonar desnudo en una isla desierta sin nada más que un perro, una canasta llena de frutas y una soga, y aún así las probabilidades de que me electrocutase accidentalmente no bajarían del cuarenta por ciento.

Entonces, cuando le pagamos a alguien para que haga algo por nosotros y luego nos quejamos porque “cobró” más de lo que “obró”, según nuestro parecer (desde revocar un cielorraso hasta gobernar un municipio), ¿no estaremos en realidad sobornándolo para que disimule nuestra propia ignorancia y/o falta de compromiso, y se inmole a sí mismo?

Más que por el laburo efectuado, yo confío en que a ese albañil le pagué por su silencio y por el derecho a putearlo. Y vaya si lo puteé.

lunes, diciembre 18, 2006

Aprendiendo a usar las tres caracolas

Yo por Dentro – Vida Diaria

Por lo menos una vez al mes, cuando me encuentro llevando a cabo en soledad cualquier tipo de actividad de esas que tienen que ver con situaciones propias de lo adquirido mediante algún avance tecnológico reciente teniendo en cuenta el extenso rato que llevan el sapiens-sapiens y sus antepasados caminando por la vida y haciendo cosas como escribir esta oración, demasiado larga como para leerse de un tirón (Ej: responder un correo electrónico, ejecutar un CD, enviar un mensaje de texto, instalar un programita cualquiera, ingresar un usuario y una contraseña virtual), me imagino a mí mismo siendo humillado o verdugueado por un viajero que viene del futuro, pero muy del futuro –año 3129- y pasando una vergüenza terrible.

Cuando caigo en ese tipo de horrible situación, entonces trato de imaginarme jugando con la salud mental de un viajero del pasado, maravillándolo con mi dizque “conocimiento”. Un Leonardo Da Vinci, por decir un ejemplo, a quien yo debo explicarle el funcionamiento de Internet, mis blogs, el láser de un rifle, mi tarjeta de acceso al ascensor, o algo parecido. A veces, también disfruto imaginando que viajo al pasado llevando todo un grupo de soldados actuales, con mucha munición, chalecos antibalas, estrategias de avanzada, lanzallamas, bombas racimo y todo eso, además de algunos helicópteros, tanques y aviones. Y entonces me enfrento a los ejércitos romanos, a los cruzados, a los espartanos... y no dejo uno vivo. De ahí a tener una moneda con mi rostro no debería haber mucha distancia.

Pero lo mejor viene cuando juego a que me consigo una chica del pasado (1800 y pico) a la cual llevo al shopping, y la llevo a comer y pasear, tal vez al cine. La macana es que no me gusta manejar ni tengo auto. Eso sí que la volvería loca. Pero puedo decirle que el remisero es un chofer que alquilo por un rato, lo cual es cierto. Así y todo, estoy seguro de que le parecería irresistible verme hablando por teléfono, o usando el cajero automático.

De vez en cuando también imagino que los paquetes de galletitas son un colectivo lleno de personas, y que yo soy una especie de gigante que los va devorando de a uno, y que ellos gritan y piden socorro. Y yo no les hago caso, pero me siento mal, porque tengo que comerlos para sobrevivir. Y si son de las galletitas que vienen en paquetes tipo "bolsa", entonces imagino que no es un colectivo, sino una choza. Y que yo soy el Dios de la tribu, que los castiga y devora por no haber adorado lo suficiente.

Y así con todo. A veces no se como hice para conseguir novia.

viernes, diciembre 15, 2006

Así habló Chinchulín #5

Así Habló Chinchulín
Dice mi amo que entiende a los que lo hicieron accidentalmente, pero cambiarse voluntariamente de Blogger a Blogger Beta es cosa de masoquistas, adictos a “lo último de Google” o hippies estrafalarios. Porque -dice él- se ve mal, anda peor, no permite comentar en el 80% de los casos, no termina de cargar, no reconoce usuarios y no sabe que otras cosas más agregarle para manifestar su desacuerdo con la perversa elección vuestra.
Dice también que ustedes saben quienes son, y que no se dan una idea de la cantidad de saludos amables y comentarios inteligentes que se están quedando muertos en el camino. Dice que "shame on you".

Etiquetas:

jueves, diciembre 14, 2006

Para todo lo demas, existe Mantiscard

Yo por Dentro – Vida Diaria – Comestible

Cuando algunos dicen que la felicidad descansa en las pequeñas cosas, por lo general quieren justificar la vida miserable que llevan, o el mal comportamiento de sus hijos que naciendo, les impidieron probar suerte como corredores de fórmula uno, guitarristas rockeros o espadachines legendarios. Yo soy feliz nomás sabiendo que estoy vivo, más o menos sano y libre de amputaciones y enfermedades terminales: a eso he llegado. Y de alguna manera eso me hace sentir sabio.

Pero a veces, determinadas estupideces mínimas consiguen elevar ese nivel mediocre de felicidad de un modo casi injustificado, poniéndome -lisa y llanamente- de muuuy buen humor. Al día de la fecha, reconozco que recibo inmediatas y orgásmicas paladas de placer cuando (por ejemplo) de golpe y porrazo, me encuentro a las puertas de comer algo rico e inesperado. Llegar a casa y que mi madre diga algo así como: “Fijate que hay tarta de jamón y queso, en el horno. Tibia”, alcanza para que deje de lado la idea de volcarme a la bebida.

Curiosamente, la sensación antónima (me gusta más que las expresiones “opuesta”, “contraria” o “antagónica”) es despertarme veinte minutos antes de la hora señalada. En mi caso: las 5.30 am. Dios mío, que desesperación. Despertarme a las cinco y diez minutos tras haber soñado que me corre un dinosaurio (suele pasar) es activar ese interruptor que me lleva a ponerme “talibán” con todas las cosas. Pero hoy experimenté un estremecimiento semejante llevando a cabo un acto despierto. Esta vez, pude haberlo evitado.

Saqué boleto de ida y vuelta cuando sé que no voy a volver en tren.

Porque tengo que pasar por el dentista y voy a volver en colectivo. La hice bien, porque no importa cuantos millones de dólares pueda amasar de aquí a mi muerte explotando a otros seres humanos: jamás recuperaré esos 95 centavos (¿quién demonios soy para permitirme esos lujos? ¿Donald Trump?), que para peor, no vienen a ser una moneda que se cae en la calle y hace feliz a quien la encuentra, sino que van a parar a las arcas millonarias de un vórtice gigante que ni siquiera se entera.

En resumen: estoy lleno de odio. Ayúdenme a sentirme mejor. Y no me recuerden el hecho de que me encuentro a dos o tres recibos de sueldo de una sobredosis de somníferos.

miércoles, diciembre 13, 2006

Conózcase y cambie

Yo por Dentro – Guías, listas, manuales, etc. – Cine, tele y así

Este es un test para ver que clase de persona es usted. Mis respuestas están marcadas en negrita, y son las correctas, porque así lo creo. No hay mayoría o minoría de nada, no hace falta que tome nota. Lo que pasa es que ando con poco tiempo para mirar tele o jugar a los videojuegos y este tipo de artículos me alejan del síndrome de abstinencia.

Si usted se volviese loco, imagina que sería un loco…
-Perverso al estilo Anthony Hopkins en “El Silencio de los Inocentes”
-Sospechoso al estilo Brad Pitt en “Doce Monos”
-Simpático al estilo Steve Buscemi en “Armaggedon”

Si usted fuese un tipo duro de acción y tuviese que enfrentarse a alguien, usted imagina que…
-Lo fajaría sin despeinarse al estilo Steven Seagal en cualquier película.
-Terminaría rengueando y haciendo comentarios humorísticos al estilo Bruce Willis en Duro de Matar.
-Lo derrotaría entre cópula y cópula, a lo Pierce Brosnan en James Bond

Si fuese un asesino, sería un asesino…
-Tosco y medio bruto pero efectivo al estilo Sean Reno en “El Profesional”.
-Glamoroso y efectivo al estilo Angelina Jolie en “Sr. y Sra. Smith”.
-Brutal y sucio pero honorable al estilo Daniel Day-Lewis en “Pandillas de New York”.

Si fuese un maestro de algo, usted sería un maestro…
-Amarillo y de sabiduría aparentemente infinita al estilo Sr. Miyagi en “Karate Kid”.
-Verde y de sabiduría aparentemente infinita al estilo Yoda en “Star Wars”
-Negro y peligroso al estilo Denzel Washington en “Día de Entrenamiento”

Si fuese un adicto a las drogas, usted sería un adicto…
-De pura cepa, al estilo del robot con el cerebro de Cain en “Robocop 2”
-Escandaloso y de pasado negro, como Sharon Stone en “Casino”
-Alcohólico y violento como Robert Carlyle en “Trainspotting”

Si fuese un nabo, usted sería un nabo…
-Afortunado y antihéroe, al estilo Woody Allen.
-Insoportable e innecesario al estilo Jar Jar de Star Wars
-Al estilo Ben Affleck en cualquier película, entrevista o aparición pública.


Cabe decir que si usted obtiene mayoría de respuestas "en negrita", es porque mas o menos se parece a mí. Y eso, nada. Haga algo al respecto.

martes, diciembre 12, 2006

Las mejores formas de estirar la pata

Yo por Dentro - Guías, listas, manuales, etc – Vida Diaria – Cine, tele y así

He estado pensado acerca de las formas de morirse que puede conseguir uno. Son todas despreciables, ya que ninguna puede disfrutarse por completo debido al hecho inevitable de que muy probablemente uno no pueda ver lo que sigue. Sin embargo, con un poco de criterio se puede llegar a determinar que hoy en día, las siete mejores formas de morir son las que siguen (de algunas ya se ha escrito y hablado mucho, obviamente).

7- Ser alcanzado por un rayo mientras zarandeás una espada de acá para allá, un dia de tormenta, subido arriba del techo a la voz de “¡Ja! ¿Y a esto llamas poder, Dios?”. Es buena porque en una de esas no usted no se muere sino que se vuelve el dios del trueno o algo así. O mejor aún: usted se muere pero su espada se carga del poder del Dios del trueno y también con su espíritu. Todavía no sé porqué esta no está primera. Debería.

6- Que te chupe un agujero negro. Nadie sabe como se sentiría, pero estoy seguro que ha de ser una de las experiencias más interesantes de todas. Me da la impresión de no quedaría nada: que ni siquiera el alma (me lo imagino como un fantasmita medio transparente) podría siquiera abandonar el cuerpo, de tan implacable que sería la muerte. De uno, no debe quedar ni el grito. Ni el recuerdo.

5- Seppuku después de vengar a tu sensei/shogun muerto.


4- Debilidad/deshidratación/SIDA después de una orgía con un montón de mujeres de las que están buenas en serio.


3 (bronce)- Estar volando en ala-delta por encima de un volcán en el momento en que éste hace erupción. Hey, no van a negarme que la visual sería asombrosa. Y la situación daría para la carcajada. No tan fantástica como la de tener 98 años y estar parado en la cima de una montaña justo en el momento en que se viene el fin del mundo debido a un meteorito gigante dispuesto a impactar justo encima de la cabeza propia, pero casi.

2 (plata)- Protegiendo a Gohan de un ataque lanzado por alguien malo. Y no me estoy refiriendo al lado “heroico” del asunto ni a nada de eso, sino a lo concreto: estaría salvándole la vida al hijo de Gokuh. Gokuh estaría en deuda con usted y luego, cuando lo reviviesen con las esferas del dragón, pasaría a formar parte de los amigos de Gokuh. No hay retruco para semejante privilegio.

1 (oro)- A consecuencia de las heridas recibidas durante un enfrentamiento con un dragón al que acaba de derrotar. No hay nada mejor. Cabe enfatizar eso de que el dragón tiene que haber sido vencido, porque si no pasa nada y el problema sigue estando, esta muerte cae varios puestos en el ranking. Sin embargo, así y todo no debería quedar fuera de los veinte primeros lugares. Vale aclarar que también puede contar si para derrotar al dragón uno se convierte en una bola de luz y se le tira encima, desintegrándose. Esa por ahí es todavía mejor, no se, todavía no me decidí.

lunes, diciembre 11, 2006

"Vivirá"

Yo por Dentro - Cine, tele y así

Hoy vamos a definir una cuestión que me resulta peculiarmente urticante de llevar. Quiero que me digan cual creen ustedes cual es la mejor película de Acción/Ciencia-Ficción de todos los tiempos. O su favorita del género, en caso de que sean jueces imparciales. La mía: Terminator 2: Judgement Day.

Dirán que las segundas partes no suelen ser buenas, pero eso no se aplica aquí. Mas allá de que los efectos especiales allí presentes fueron sideralmente revolucionarios en su momento, la historia es un encanto. No creo que las computadoras vayan a tomar el control de nada, nunca, pero eso no importa: el guión es entretenidísimo. Dura 137 minutos y no sobra ni falta un tornillo. No llorar al final es el equivalente a tener un pote de 250 grs. de crema jabonosa en lugar de corazón. La música (ya sea cuando aparece el T-1000 y comienzan las persecuciones, o cuando suena la melodía original, o cuando los Guns & Roses interpretan “You Could Be Mine”) es simplemente redondita.

Arnold Schwarzenegger: El exterminador reprogramado para proteger al joven John Connor. El T-800. Dios lo guarde… Arnold estaba en su mejor momento a mi entender (aunque hoy también puede decidir quien vive y quien muere sin tener que ir preso), y no he conocido cosa a la que le quede mejor una motocicleta, anteojos negros, incapacidad actoral o arma de fuego. Y a los incondicionales de The Matrix les digo: en una pelea entre Neo y el T-800, Arnold simplemente lo tomaría por la cabeza y lo zamarrearía un poco hasta partirle parte el cuello, pero probablemente no se llegaría a eso porque Sarah Connor (Linda Hamilton) alcanza y sobra para patearle el trasero a ese pobre canadiense por elección. Pero eso no es malo ni resulta incomprensible. A fin de cuentas, Arnold solía ser Conan, y Keanu solía ser Ted. Hagan las cuentas ustedes mismos.

Por cierto, no me olvido de Morpheus… vamos, nadie se cree que Laurence Fishburne sea un negro duro o con estilo. Ese es Denzel Washington. Edward Furlong (el joven Connor) podría robarlo, amenazándolo con una jeringa infectada. Y lamentablemente, hoy en día no hace falta que se meta mucho en el personaje de John Connor para ello. El malo de esta película es realmente malo e indestructible. Provoca angustia su presencia. El T-1000 interpretado por Robert Patrick me ocasionó pesadillas de todos los colores cuando niño, y sigue asustándome hoy en día mucho más de lo que ningún otro policía malvado logrará hacerlo jamás. Y recuerden que vivo en Argentina, lo que no es poco decir.

Y podría seguir todo el día, pero prefiero leer lo que ustedes tengan para agregar. Porque para cuando terminé de escribir todo esto, Terminator 2 me parecía ya no solo la mejor película de Ciencia Ficción jamás elucubrada, sino también lo mejor que me pasó en la vida. Después de los Goonies, que es definitivamente lo mejor que le puede pasar a cualquiera en la vida, y muy probablemente incluso después de muerto también. Te lo digo bien, Spielberg: si algún día pensás en hacer una segunda parte, más te vale que la hagas con los mismos actores y que inventes algo que yo pueda llegar a creer, como que los Goonies crecieron, por ejemplo. Nada de decir que los hijos de los Goonies son los nuevos Goonies y que los viejos hagan una aparición especial y nada más, o que “Enano” se murió. Y las computadoras, metetelás: contratá carpinteros y hacé todo verdadero, como antes. A la Stephanie (la rubia de pelo corto) y a Data los quiero en toda la película. Y la llamás a Cindy Lauper, y me emocioné. Basta.

Sip. Se fue al carajo el post de hoy. Todos putos salvo los Goonies.

sábado, diciembre 09, 2006

Musiquita de los sábados.

Yo por Dentro - Cine, tele y así

Hoy me permitiré el lujo de ser breve. Ya saben: si quieren leerme durante horas háganlo en el post de ayer y lo hipervinculado a Duelos Dialécticos. O esperen hasta el lunes. En cualquier sábado, el sábado es nuestro día pentagramado.

Hete aquí la que yo creo es la mejor canción del año en que salió, que no recuerdo ni hace falta que lo haga. Y no sé si incluso no es la canción de los '90 a nivel "como suena". A mí me empezó a gustar muchos después de aparecida, vaya uno a saber por qué. Háganle click arriba, por favor, que si no, el país no avanza.


El segundo tema es probablemente uno de esos temas que me dan ganas de matarme de risa y salir a bailar y divertirme. Por suerte, mi conciencia y mis principios morales me lo impiden, pero la tentación es fuerte, porque el cantante principal es lo más fantástico que he visto en los últimos seis meses, mínimo. Un hombre por definición, macho macho Coco Basile, no baila ni aprende a bailar. La gran mayoría de los cristianos conoce la versión perteneciente a los Bee Gees, cosa curiosa.

Y listo, nos vemos luego. Disfruten el fin de semana.

viernes, diciembre 08, 2006

Yo soy

Yo por Dentro - Del Habla

Mediante la presente he de enterarlos a ustedes de lo siguiente: estoy batiéndome a duelo, en este mismísimo momento, con un muchacho cordobés llamado Eric Buuurgueño, también conocido en su fuero íntimo como Nevermind. ¿Dónde? En el resucitado Duelos Dialécticos (genérico de Discusiones Bizantinas) de Lulet y compañía, lugar que ya supe enriquecer con una victoria sobre otro pobre desafortunado conocido como Zippo. Haciendo clic aquí podrán leer el texto, bastante aburrido y serio, por cierto, que me consiguió la medalla dorada meses atrás.

Y digo “otro” porque no tengo pensado perder este duelo. No necesito la modestia, me río de ella. ¡Ja! Nevermind va a sufrir una paliza que rozará lo repugnante, y lo sé porque ustedes me van a ayudar. Mi artículo (demostrando que Halloween es la peor celebración que hemos sabido importar últimamente) es incontables veces mejor que el suyo (demostrando que San Valentín es la peor celebración que hemos importado), pero precisamente por ello quiero que sigan mis instrucciones. Aunque ustedes son dueños de negarse, obviamente. Por ahora.

Quiero que entren aquí, y lean ambos textos. Una vez hecho eso, quiero que me voten, pero me sentiría mucho mejor si lo votasen a él, y luego entrasen a los comentarios de ese blog y post, diciendo que lo votan porque yo, Mantis, lo solicité. Porque así de gigantesco es el gran mántido. Porque mis recursos no tienen límites. Porque leí ambos textos y gané, eso queda claro. No corro riesgos de que alguien piense que Nevermind ha hecho un mejor trabajo que yo. Entonces, tenemos que pasar el rato de otro modo.

Sé que tengo algunos lectores, damospenienses incondicionales (uds. saben quienes son) que me van a hacer caso a pesar de lo engorroso del asunto. Si no les da el tiempo, no comenten aquí, no hay drama, volvemos a Damos Pen@ el lunes. Divirtámonos. Pero por favor, aclaren que lo votan porque lo dijo papá Mantis.

Nada personal, Nevermind. Te tocó a vos...

Etiquetas:

jueves, diciembre 07, 2006

Papelones Apingüinados

Yo por Dentro – Vida Diaria – Cine, tele y así – Madre Naturaleza

Estuve pensando en eso de las papeleras de Botnia, y el banco mundial aprobando el financiamiento. Ya saben, todo el escandalete de turno que estamos haciéndole a los uruguayos nomás de bronca porque no nos pudimos quedar nosotros con las ganancias económicas legales, ni con las cometas. Porque nadie me va a decir que con una valija henchida de plata no arreglaban a quien hiciese falta en Entre Ríos.

Ahora, por suerte y a pedido de nuestro excelentísimo señor presidente, sabemos que el Rey de España ha tomado cartas en el asunto y está trabajando en eso de “destrabar el conflicto”. Menos mal, porque yo ya no sabia que hacer. Y si así y todo falla su mediación (no entiendo porqué debería fallar, considerando que si algo caracteriza a las monarquías europeas es su habilidad histórica a la hora de desinteresadamente evitar batallas y guerras territoriales con otros reinos o pueblos no tan bien armados), se sabe que estamos viendo como hacemos para contagiarlo de papanatismo también a Mikhail Gorbachyov, con manchita en la pelada y todo, para que interceda ante Finlandia. Somos unos genios bárbaros.

Pero hablando un poco más en serio, me da miedo que la cosa siga en aumento. Que todo se vaya al diablo por alguna boqueada de alguno de los dos bandos, y entremos en guerra, en vez de llegar a una solución pacífica. Digo, tranquilamente podría terminar todo en un conflicto bélico. Y dejando de lado lo de “justo” o “injusto”, no sería conveniente que a esa guerra tuviese que ir yo, eso es evidente. Soy un hombre relativamente torpe, joven, de entre 20 y 30 años, anteojos, educación terciaria incompleta y una novia que además de ser hermosa, trabaja en la docencia y me tiene perdidamente enamorado. Cualquiera sabe que eso significa que soy número puesto; la quintaesencia del flaco que va a morir a la guerra. Un francotirador enemigo me haría de goma nomás antes de desembarcar, o se me explotaría una granada. O pisaría una mina, no lo sé… oh, ¡las opciones son tantas! Habría que ver. No me interesa salir vencedor o vencido: lo que quiero es evitar la guerra. O mejor dicho, mi muerte. Y se me ocurre una manera efectiva de hacerlo.

¿Qué es lo peor de la guerra? Que mueren mujeres, niñitos, cachorritos y cositas inocentes, según dicen. Si yo muriese en la guerra, nadie haría tanto ruido. Propongo entonces que en caso de guerra con Uruguay, nuestra primera línea de batalla esté compuesta por la selección argentina de las próximas olimpiadas especiales. Con sillas de ruedas, pelotas sonoras, boletas de “La Solidaria”, bolsas de panes para panchos y demás artilugios y carencias. Cuanto más “especiales”, estropeados o jóvenes, más cercanos estarían al frente de batalla. A los “murciélagos”, los recientemente coronados campeones de fútbol para ciegos, valdría armarlos tan sólo con escudos vivientes hechos a base de gatitos de un mes de vida.

Los uruguayos podrían decir que estamos cometiendo un crimen de guerra y atacar así y todo, sí, pero entonces quedarían tan mal parados ante la opinión general, que George Bush Jr. podría lanzarles encima todas sus bombas atómicas y prácticamente el mundo entero estaría de acuerdo en que tal medida era lo más justo.

miércoles, diciembre 06, 2006

I´m too sexy for my shirt

Yo por Dentro – Vida Diaria
Algo que nunca tuve que experimentar fue la sensación de no conseguir ropa que me gustase. Porque nunca me gustó la ropa lo suficiente como para lamentar no conseguir alguna prenda. Puedo vestirme mejor o peor de acuerdo a la ocasión pero dependo en gran medida de lo que haga falta, y no mantengo esa postura propia de los animalitos que creen que la “personalidad”, integridad o autenticidad espiritual consisten en ir sucio y desarreglado a todos lados a la voz de “yo soy así, estoy cómodo”.*

Tal vez se deba a que supe ser brutalmente gordo y alto (sabemos que hoy me conservo sólo una de tales circunstancias), pero debo confesar que hoy en día no resulta difícil vestirme: basta con que las mangas sean lo suficientemente largas como para abarcar mi extensa humanidad. Años atrás, tenía que elegir entre pantalones enormes y elevados al nivel del ombligo, Juan Domingo Perón Style, o una sábana con un agujero en el medio. Y no, nunca elegí la sábana. Pero creo que se exagera. Creo que la histeria por los talles no se justifica.

Ahora bien, resulta que mi cumpleaños, sucedido en octubre último, fue uno de los más fértiles en mucho tiempo. Quiero decir que se me regalaron un montón de cosas lindas, muchas de ellas útiles y prácticas en lo inmediato. Entre ellas, unos pantalones. Unos jeans coquetos. Pero no son jeans de mi talle, o al menos eso dice la etiqueta. En teoría, aumenté un talle. Pero eso no es cierto. Aunque las botamangas son realmente más largas, el resto del pantalón no me queda más grande para nada. Y lo estoy comparando con otros pantalones de la misma marca (Palo), del mismo modelo.

La pregunta es: ¿Será posible que de la paranoia de las figuras reducidas no se salven ni los vaqueros de hombre? ¿Achicaron el talle? No se me ocurre una explicación coherente. Aparentemente, esto de ser alto y delgado más no esquelético me hace envidiable desde un punto de vista estético mas bien femenino. Quien lo diría. Pero reconozco que me divierte no sufrir como mis compañeras de trabajo que, enteradas de que se venía la fiesta de fin de año en la empresa, no comían decentemente desde hace –mínimo- una semana.
*Comprate una camisa, hippie.

martes, diciembre 05, 2006

Me encanta, I ´m loving “IT”

Yo por Dentro – Vida Diaria – Madre Naturaleza

Llevaba tiempo tratando de encontrar un detonante que me permitiese hablarles acerca de lo que yo he sabido denominar y “CRP” o “cosas realmente perturbadoras”. Mi primer encuentro con un elemento de ese tipo supo sucederme cuando vi “el silencio de los inocentes” años atrás, siendo niño. La escena en que el fulano buscado (Bufalo Bill, el secuestrador/asesino serial) baila y se acomoda los genitales a fin de esconderlos a la cámara (espejo) y parecer una mujer desnuda, probablemente haya sido todo lo necesario como para que yo me abasteciese de pesadillas durante los siguientes dos meses.

Hasta ayer, lo más perturbador que había visto en mi vida había sido el payaso Pennywise. Tal vez, algunos momentos de la película “Cementerio de Animales”, como por ejemplo, cada vez que aparece Zelda o cuando el niñito de traje, resucitado demoníacamente, anda por ahí dando vueltas. That´s some seriously disturbing shit.

Hasta ayer, dije. Porque sin querer, me crucé con esto.


La imagen aparentemente pertenece a una publicidad surgida a raíz de la apertura de un McDonald´s en India. Tómense algunos segundos para digerirla. Más de uno habrá cerrado la venta del explorador. Para los que se haya quedado y no sepan inglés, cabe aclarar que el mensaje dice: “Just opened, near Kimaya Kothrud” o lo que viene a ser “Inauguramos/abrimos hace poquito, cerca de Kimaya Kothrud”.

Mas allá de dejar en claro que cualquier -por pequeña que fuese- intención mía de viajar a la India o dejar de pisar suelo privativo de la provincia de Buenos Aires ya es cosa del pasado gracias a lo presente, quisiera saber qué opinan ustedes al respecto. Pueden hacerse muchos chistes gráficos, seguro. A mí se me ocurrió uno muy bueno, que incluye a la esposa del domador de un circo negándose a un exámen de ADN a la voz de “Te lo juro, te lo juro”, pero lo extraño es que no entiendo muy bien cual era la idea de los creativos. Imagino que el “payasito bebé del infierno” retocado con el Photoshop viene a representar la reciente inauguración. Tal vez el “just opened” tiene que ver con la boca enorme y colorada. No lo sé. Y tampoco estoy muy seguro de querer saberlo, por cierto. Pero si al menos lo hubiesen vestido, no tendría ese aspecto de muñeco de sex-shop para pervertidos infernales extremos. Incluso el macabro efecto de la manta hace que parezca un torso mutilado.
Esa no es forma de venderme una hamburguesa, a menos que la idea sea “pedile a tus papis un Mc Combo o alguien podría visitarte mientras dormís”. Ni falta hace decir que si fuera mujer o novia de un “mimo” o payaso, ya estaría yo solicitando la ligadura de trompas.

Así y todo sospecho que nada podría ser más perturbador que tener un gato que en lugar de maullar, se riese a carcajadas agudas. La sola idea me pone la piel de gallina.

lunes, diciembre 04, 2006

Así habló Chinchulín #4 Todos los Francis el Francis

Así habló Chinchulín
¿Qué es lo más triste de el programa “Los Fuegos” de Francis Mallmann, en el canal ElGourmet.com, donde el reconocido cocinero se manda entre la nieve a hacer un camping y una fogata?

¿Será el hecho de que Francis Mallmann llegue en jet ski al lugar de campamento?
¿O el hecho de que toda su indumentaria de "gauchou" es comprada en un paseo para turistas y en total debe haber costado más que el jet ski?
¿Será la leña, que viene en una cajita, cortadita en bastones? ¿O el hecho de que antes de encenderla Francis se recueste sobre un cuero de oveja? ¿O el hecho de que después de encenderla se fume "el puro de todos los días a las diez de la mañana"?

¿O eso de que en determinado momento se quite la campera abrigadísima y se ponga en su lugar un poncho para hacerse el lugareño y se note que se está cagando de frío por el chiflete que le entra por los costados?
¿O el instante en que se pone a hacer tortas fritas con grasa refinada de precio no menor al del kilo de picada especial?
¿O ver al chef comiendo sin cubiertos pero cuidando la comida con una pinza importada, de acero inoxidable y apertura regulable?
¿O el hecho de que Francis Mallmann sea dueño de cinco restaurantes repartidos por la patagonia, Uruguay, The Hamptons (New York) y Mendoza; uno de ellos hotel en el que por menos de 180 dólares per cápita ni siquiera te abre la puerta?
¿O el hecho de que a los 18 años Francis Mallmann ya era dueño de un restaurant en Bariloche?
¿O el asunto de no ser la esposa de Francis Mallmann?

¿O el hecho de que siendo ya acaudaladísimo y un excelente profesional de admirabilísima y galardonada trayectoria, se preste a este tipo de paparruchadas?

Etiquetas:

viernes, diciembre 01, 2006

¡Nerón, Nerón, gran conductor!

Yo por Dentro – Cine, tele y así – Madre Naturaleza

Resulta inevitable que a muchos, la palabra “bengala” ahora les suene a Callejeros, Ibarra, Chabán y padres amenazando con carnear a quien haga falta. En mi caso, la palabra “bengala” suena a aquella niña muerta durante un show en Mundo Marino, San Clemente del Tuyú. Muchos se olvidaron del episodio, pero yo no, porque desde entonces les temo a los hombres musculosos que montan en motos acuáticas y te apuntan con cosas. Pero lo que realmente quiero es compartir una simpática situación de la que fui parte en algún momento.

Por motivos que no vienen al caso tuve que dirigirme a la UBA (Letras, Ciudad de Buenos Aires, Puán a no me acuerdo que altura, todos mas o menos sabemos donde queda) en plena época de elecciones internas. Si normalmente por allí resulta difícil caminar sin verle el rostro a Ernesto Guevara (entre otros), se imaginarán (los que no lo hayan experimentado) el escándalo que entonces estaba tomando parte. Papeles, panfletos, carteles, más panfletos, discos compactos pirateados, mucho cigarrillo, mucho porro, mucho Julio López, muchos anteojos, mucha barba y pelo largo, mucho olor a sucio y por sobre todas las cosas, mucho, mucho (insisto) papel. Los afiches (pegados hasta en el suelo) eran encimados y recontra encimados, lo que inevitablemente llevaba a los menos afortunados a terminar en el piso, hechos jirones. Al día de hoy no puedo creer la cantidad de “izquierdas”, “socialismos”, “comunismos” y “democracias” a disponibilidad: debe haber uno para cada necesidad. Con el shogunato y las clases estábamos mejor. Por lo de las espadas, digo.

Mientras aguardaba a que se resolviese la cuestión que allí me citaba, dediqué un tiempo a observar el comportamiento de la muchachada. Gustándome como me gustan los libros reconozco que, cuando niño, más de una vez pensé en dedicarme a las letras (en un día cualquiera de otros ratos yo podría haber encajado allí, ya que al igual que muchos llevo algo de barba, anteojos, tengo una boina, disfruto de las discusiones interesantes y tengo algunos números de la revista Barcelona), pero no creo que hoy en día mi espíritu se encuentre en condiciones de hacerle honores a esa iniciativa, considerando que utilizo calzado cerrado, cabello corto y ocasionalmente, jabón. Bueno, no, mentira, estoy siendo prejuicioso porque es divertido: no todos en la UBA son hippies gritones, protestantes hediondos, alumnos sospechosamente eternos o huérfanos de rector. Pero entendieron el punto.

De repente, una mano, como si nada, arroja una colilla de cigarrillo que va a parar a escasos pasos de mí. El propietario de la mano descuidada -un mozalbete de mi edad, remera colorada, sandalias, cincuenta kilos de peso y gafas- no prestó mayor atención al asunto, pero yo quedé extasiado ante la situación, a lo Ignatius. Se notó que no era la primera vez que lo hacía. Como siempre me dije a mi mismo que algún día me permitiría el lujo de tener mi propio desaparecido, abrí mi mochila y saqué el pulóver, la agenda, la botellita de agua… pero no, no había espacio suficiente para llevármelo. Pucha. Entonces, presuroso, y pensando en que en caso de incendio toda esa papelera pegajosa no tardaría en convertirse en mi cámara de ejecución improvisada, caminé y pisé con fuerza los restos de la mentada lumbre. ¿Exagerado? No habían transcurrido cinco minutos, que el incidente se repitió, con otra joven arrojando una luciérnaga tabacalera sobre el piso tapizado de panfletos. Y créanlo o no, el papel comenzó a oscurecerse, a quemarse generando un humito tímido, “queriendo agarrar” fuego. Por si acaso, repetí el procedimiento. Al ratito, con mi deber cumplido, me marché del lugar aliviadísimo, lamentando indignado el descuido en las instalaciones.

Cabe decir probablemente las personas mejor capacitadas de la Argentina salen de allí, a pesar del desorden y las condiciones de estudio. Me caen tan bien tales engendros intelectuales, que me casaré con una de ellos. Las carreras son largas y exigentes, y para cursarlas con la frente y promedio en alto hay que leer mucho, y aprender en serio. Un Profesor/Licenciado en Filosofía/Letras suele saber más que un abogado, un ingeniero o un médico (por nombrar las tres profesiones que más les gustan a las madres y suegras argentinas), y puede dejarte llorando sobre tus propias heces y humillación en cualquier partido de Carrera de Mente, eso es seguro. Probablemente incluso pueda dictar una clase de cualquier materia en una escuela, mejor que varios profesores o maestros. Aunque lo del Carrera de Mente resulte más impresionante, son personas a clonar y cuidar, de ingresos mensuales a veces ridículos y siempre menores que los de cualquier jugador de fútbol, concejal analfabeto o dizque actor de “Alma Pirata”.

Ahora bien, digo, sabiendo que semejantes cerebros son capaces de semejante animalada, y suponiendo que el día de mañana la UBA se incendiase debido a la cantidad de elementos siempre listos para el desastre (no hace falta mencionar las decenas de mesas y sillas atravesadas en los pasillos que impedirían cualquier intento de huída), ¿No va a ser de caradura ir a quejársele a Ibarra, o al corrupto de turno, como si fuera él el único responsable? ¿No va a sonar a tomada de pelo que se hable de las grandes promesas incineradas? Confieso que, eventualmente, voy a tener ganas de darles una piña en la cara a los padres de los muertos, o a los amigos y sobrevivientes enlutados. Bueno, no sé si a todos, pero al menos sí a esos que reciben un subsidio del gobierno, no estudian, no trabajan y creen que las bengalas son parte del show pero no de los riesgos.

¿Y si en una de esas –ponele- la culpa de la tragedia de Cromañón la tuvo la falta de conciencia social? Digo, porque ya no estamos hablando de –ponele- “negritos”, “ignorantes”, “rollingas”, “desamparados sociales” o “cabezas” ni “traviesos colegiales”, sino de –ponele otra vez- mentes brillantes o cuando menos sometidas a un proceso de enriquecimiento intelectual privilegiado. Tal vez la realidad es clara en eso de que –ponele- a todos nos chupa un huevo todo, siempre y cuando no sean nuestros los pendejos –ponele que me refiero al vello genital y no a los párvulos irresponsables- que se chamusquen. Porque si Telerman mañana se despierta menos afrancesado y dice que hay que sacar los afiches y limpiar los pasillos, los hippies se le van a oponer con todo lo que tengan.


Empieza diciembre. A no pensar con el ojete, por favor. Cuídense.

(A los papanatas encarecidamente les pido no pierdan tiempo con este artículo, pero si les resulta irrefrenable el hacerlo, les solicito procuren no utilizar insultos gratuitos en los comentarios. Los mismos serán removidos. Llamarme “facho” está permitido, mientras se justifique antes con un “ponele”. Y lo del desaparecido en la mochila era demasiado buen chiste como para desperdiciarse. Si no lo entendieron, fue porque Damos Pen@ no es para ustedes. Circulen.)