viernes, julio 15, 2005

El Padrón

Científicamente - Otros - Vida Diaria

Ciertas situaciones son puramente objetivas. Si el termómetro funciona bien y marca cuarenta grados cuando lo retiramos tras introducirlo en la boca, tenemos fiebre aunque no podamos percibirla. Si nuestro nombre y fotografía aparecen en la lista de los más buscados del FBI, es porque somos buscados, aunque no nos sintamos perseguidos. Si se me permite la expresión, diré que “son cosas que son”.

Ahora bien, otras situaciones tan importantes como las anteriores dependen exclusivamente de nuestro sentir, convencimiento y testimonio para ser. No importa cuanto nos discutan, si nos sentimos enamorados, es porque lo estamos. Si nos sentimos heridos en nuestro orgullo, es porque lo estamos. Si nos duele la cabeza, es porque nos duele aunque los médicos no encuentren nada extraño en nuestra mollera y crean que fingimos estrés para no ir al colegio. A eso se llama subjetividad, pero estas también son “cosas que son”.

La combinación perfecta de ambas dimensiones podría existir en el Padrón Mantis. El Padrón no sería electoral, uno no podría recurrir a él para saber si se encuentra en condiciones de votar a nadie, pero podría demostrar ante los incrédulos que –por ejemplo- no está fingiendo una angustia, o simulando ser hincha de Boca cuando en realidad es de Independiente.

Naturalmente mágico y en constante movimiento, el Padrón Mantis cambiaría a cada segundo, incluso mientras se lo estuviese leyendo. Todas las personas del mundo aparecerían en él, pero de a ratos los registrados en la “felicidad”, desaparecerían y aparecerían en la “tristeza”. Los presuntos enamorados podrían certificar su estado y entregárselo impreso en un papel a sus desconfiadas prometidas, y luego revisar para ver si su nombre aparece en la lista de “correspondidos” ¡Cuan extensa sería la lista compuesta por los indecisos!

Permítanme revisar... a ver... “enamorados”... si, aparezco... “amantes”... aparezco. También estoy entre los que sufren de un severo dolor de espalda y entre los preocupados...

A decir verdad, me preocupan más las listas en las que no estoy, que aquellas en las que figuro...