miércoles, febrero 28, 2007

Así habló Chinchulín #18

Así habló Chinchulín

Hace cosa de un mes o poco menos, en la provincia de Santa Cruz, un señor en automóvil se llevó todos los ejemplares (aprox. 1500) del último número de la revista Noticias. Quiosco por quiosco, hasta no dejar uno. Lo mismo hizo otro señor en Río Turbio. El título de la portada: “El testaferro de Kirchner”.

Algunos dicen que fueron personas de la misma distribuidora, que fueron “apretadas” y se vieron obligadas a retirar esa revista en la que Lázaro Báez (ex bancario, ahora acaudalado empresario de la obra pública) aparece junto al Señor Presidente de la Nación. Pero yo creo que el modus operandi lo dice todo, porque se las llevaron sin pagar.

Como para que no quedasen dudas de que no sólo son todos irrespetuosos, autoriotarios y bien, pero bien putos, y tuviese que recordársenos que además, son todos bien, pero bien chorros.

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martes, febrero 27, 2007

Ai fil ded pípol

Yo por Dentro - Científicamente – Madre Naturaleza – Vida Diaria

Este es un artículo que va a llevar a muchos a desconfiar no sólo de mi salud mental, sino también de mi criterio. Pero lo cierto es que soy víctima de ciertos fenómenos paranormales, desde chiquitito. Muy pocos saben de ello. Ya bastante cuesta que la gente me tome en serio en el día a día por motivos obvios, se imaginarán…

Ejemplo 1: Durante más de un mes, el farol ubicado frente a mi casa se apagaba cuando yo salía, nomás para prenderse ni bien me alejaba. Cuando salía acompañado o había otras personas cerca, no pasaba nada, pero en cuanto salía solo, era inevitable el apagón. Empecé a sospechar al apagón #30, mas o menos. Se lo conté a quienes salían y entraban de mi casa, y a nadie le pasaba. Eventualmente, dejó de suceder más o menos cuando dejé de prestarle atención. Habré estado un mes, aproximadamente, con ese asunto. Dicen que esto es una condición, y que hay gente que lo estudia, pero a mí me parece poco serio.

Ejemplo 2: Los cementerios me hacen sentir tan bien como mal. No entiendo por qué, pero en algunas ocasiones salgo cargado de energía, mientras que en otras siento que no debería de haber entrado. Que no era bienvenido. Que a algo o alguien le molestó que fuese. Por algo no me gustan los cementerios.

Ejemplo 3: Suele darse que sueñe con elementos dispersos que al otro día toman forma de algún modo. He sabido soñar que me cruzaría por la calle con una persona que llevaba años sin hacerlo, y adivinado la ropa que traería, pese a que esta persona hubiese adquirido tal atuendo pocos días antes. Y muchos detallecitos parecidos. Creepy details.

Sin embargo, el fenómeno paranormal al que más me cuesta acostumbrarme, por el simple hecho de que no creo en los fantasmas ni parecidos, es el siguiente: puedo sentir, de vez en cuando, a un muerto. Sí ríanse todo lo que quieran, yo tampoco lo creo, pero me acostumbré a que así sea. Además, la gente se me suele reir cuando digo cosas mucho más importantes, así que no me van a traumar, ni nada parecido.

Al principio me causaba gracia, hoy en día, me intriga. Miedo no me da, por el simple hecho de que nunca me sentí amenazado, y el muñeco de malvavisco de los Cazafantasmas se parece a mí cuando era gordo. Miedo me dan los dictadores, Duhalde y los chorritos pasados de merca. Pero tengan esto en claro; voy a temer como niña chiquita si empiezo a sentir que se arrastran cadenas o ver sangre en las paredes. No hay vergüenza en vomitar llorando y hacerse caca de miedo al mismo tiempo, no importa lo que la gente diga. Y no me hagan pensar en sombritas de niños de cuatro años que pudiesen pasar riendo y tropezando a mis espaldas.

Insisto, no me sucede todo el tiempo. Y la cantidad de muertos acumulados en la historia del Universo es millones de veces superior a la cantidad de “sensaciones” que tengo. Es como si estuviese sentado frente al televisor leyendo un libro o haciendo cualquier otra cosa mientras la tele no ofrece imagen ninguna debido a que está sintonizada en alguno de los canales pornográficos codificados, y de repente se decodificase la información, una vez cada seis meses y sin que yo pudiese provocarlo, permitiéndome ver una película completa, con sonido y todo. Más de uno me entiende. En lo de la porno, quiero decir.

No es que vea la imagen recreada en mi cabeza, pero por momentos me quedo quieto. Suele pasarme cuando entro a lugares por primera vez. Una habitación, una casa cualquiera en la vereda mientras camino por la calle sin prestar atención, cosas así. Es un sentimiento de incomodidad y perturbación que me detiene y me hace voltear, o retroceder. Mi pensamiento es del orden de “Pasa algo raro”. Cuando voy al cementerio, no es de extrañar que alguna tumba me llame la atención desde la lejanía, y yo sienta que se trata de un hombre viejo, pelado, de bigote, a quien sus compañeros de trabajo supieron echar de menos, o una vieja de pelo recogido que se llevaba muy bien con su nuera, o un muerto joven debido a un accidente. El muerto no me habla, ni siquiera se da cuenta: es todo cosa mía. Es posible que llegue incluso a darme una idea de los años de nacimiento y defunción, o incluso el nombre, errándole por pocas letras, corroborando la información. Y sé que no se trata de una lotería porque nunca me equivoco. Ya sea que identifique la presencia con un solo dato, o varios (algunos incluso imposibles de corroborar), la sensación es siempre acertada. Siempre, siempre, siempre.

Si tengo que elegir, preferiría que fuese algún tipo de desequilibrio mental, antes que una habilidad sobrenatural. A fin de cuentas, podríamos estar hablando de algo verdaderamente demoníaco y yo no estoy preparado para hacerme cargo del raye o tormento sin resolver de ningún fiambre, caramba. Nunca me animé a eso del juego de la copa, o semejantes. Ni siquiera me subo al tren fantasma.

Les preguntaría si alguna vez a ustedes les pasó algo parecido, pero imagino que son gente seria...

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lunes, febrero 26, 2007

¡Temporada de chanchos!

Vida Diaria - Científicamente

La fecha de nacimiento incide en la salud. Lo que querría decir muchas cosas, que harían de este artículo algo demasiado pesado de digerir, considerando que se publica por la mañana. Lo leí en un diario de la semana pasada porque no tengo dinero para diarios nuevos.

Parece que el sol tiene la culpa. Por ejemplo, naciendo uno en octubre, es más vulnerable a –supongamos- la locura o la depresión, pero de hígado fuerte y duro de empachar. Y es fácil ver hacia donde me dirijo: habrá momentos más propicios para tener sexo sin protección con la pareja de uno, a fin de procrear a gusto. Estrategia reproductiva, si se quiere. Y eso se encadena inevitablemente con el hecho de que este sea el “Año del Chancho” según el horóscopo chino, porque resulta que miles de jóvenes parejas se han propuesto tener un hijo a fin de no desaprovechar la posibilidad de traer al mundo un retoño mucho más afortunado.

Superstición, dirán algunos. Tradición, Qué se yo, para mí el chancho es una cosa rica que por fortuna corre más lento que el hombre y no sabe usar armas de fuego ni organizarse militarmente. Soy un tipo sencillo. Pero aparentemente, montones de orientales –tipos complicados- están llenando los hospitales de las principales ciudades del país, a fin de hacerse los chequeos y estudios preventivos de rutina. Se esperan unos 30.000 nacimientos “extra”, más o menos, en un país con más de 1.300.000.000 habitantes. Mil trescientos millones. Lo que quiere decir varias cosas:

-Es un buen momento para tener una novia china. Pocas veces se va a tener tanto sexo y con tantas ganas.
-Es el peor momento del mundo para confiar ciegamente en la fidelidad de tu pareja china. Ahorrar para el estudio de ADN no sería un despropósito considerando que ella va a querer embarazarse o embarazarse.
-Nunca hubo mejor momento que este para conseguir un guardapolvo blanco y hacerse pasar por ginecólogo. Los chinos son todos bastante parecidos y a obstetricia revuelta, ganancia del depravado. Recordemos que la gran mayoría de las interesadas son parejas jóvenes. “Parejas jóvenes” significa “chicas orientales jovencitas sacándose la bombacha”, que es lo mismo que decir “Sailor Moon pornográfico”.

-Es todavía mejor momento para ser urólogo y homosexual. Los gansos sueltos y las braguetas dispuestas al examen van a estar a la orden del día.


Lo curioso es que durante el último año del dragón (2000), este mismo ritual se repitió, y hoy en día muchos de esos bebés devenidos en niñitos tienen problemas a la hora de conseguir matricularse en una escuela por falta de plazas. Escuelas, por cierto, en las que las docentes pegan el faltazo y escasean debido a los achaques y molestias causadas frecuentemente por el estado de gravidez. Todo esto en un país que sostiene una política de “hijo único” y pone multas a quienes son padres en más de una ocasión. Y ahí viene lo interesante: las multas por nacimiento son mucho más altas que el costo de un aborto en cualquier parte del mundo (en China, es ilegal). Y como ocurre con los abortos “seguros”, la posibilidad de pagar este “impuesto al segundo hijo” tan sólo está al alcance de las familias económicamente poderosas. Así es la vida. ¿Los hogares de huérfanos? Atestados, obvio. Y de nenitas, en su mayoría, ya que cuando te dejan tener un solo hijo, el hijo varón es el que vas a buscar, debido a que por motivos culturales la mujer abandona a su familia en cuanto se casa, y pasa a formar parte de la familia del marido, cuidando a sus suegros en la vejez.

Pero vayamos al grano. La pregunta del día es: ¿No sería negocio que los famosos hollywoodenses se avivasen y adoptasen exclusivamente criaturas modelo 2000 o 2007? (yo creo que hasta deben salir más baratos por sobreproducción) Justificar.

Y la foto de ese chinito en la canasta es una de las mejores cosas que he subido a este blog.

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sábado, febrero 24, 2007

Para escuchar

Así habló Chinchulín - Cine, tele y así

Hoy, la música viene particularmente variada. Comenzaremos con esta preciosa composición del otrora vivísimo y drogadependientísimo (hoy desontoxicado y difunto) Ray Charles. Jamón del medio. Y sugiero, si no vieron la película en la que es encarnado por Jamie Foxx, no pierdan más tiempo.

El segundo es medio ñoño, simplón, pero encantador. Pegadiza si la hay, esta canción es interpretada por ese adorable polirubro foráneo conocido como "Natalie Imbruglia". Me animo a decir que es un semi-clásico popular de los años noventa. Comida chatarra auditiva, pero sana, si es que eso existe.


Y el tercero es para disfrutarse en familia, con la abuela y los nenes jugueteando alrededor. Perteneciente al soundtrack de una de mis películas preferidas (y no sé si no estamos hablando de la mejor película de -por lo menos- ese año). El reparto es sublime... la historia es perfecta... Cada vez que mi amo la ve, llora. Y me pega, y yo lloro también. Y todos lloramos, es muy triste.

Cuídense y tengan un buen fin de semana.

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viernes, febrero 23, 2007

Eso te pasa por ir al cine

Yo por Dentro – Cine, tele y así

Recientemente volví a ir al cine. No recuerdo cual había sido la última vez, sin contar a “Babel”… tengo memoria de haber visto a Liam Neeson haciendo de malo en “Batman Begins” y de bueno en “Narnia”, pero siento que estoy dejando una en el camino. La afortunada fue en este caso, la promocionadísima “Casino Royale", antes de que fuese arrebatada de cartel.

No soy un gran fanático de las películas de James Bond, pero empecé a prestarles atención después de haber visto la última de “Die Another Day”, que me entretuvo muchísimo. Y no, no tuvo nada que ver Hale Berry.

Los incondicionales de Pierce Brosnan somos varios. Un agente secreto veterano me caía mejor que este Bond inexperto y propenso a los errores. Todo bien, la película cuenta acerca de la primera misión del agente 007, pero no se entienden ciertas actitudes de adolescente malcriado que tiene el protagonista. A fin de cuentas, si quiero ver ingleses inmaduros y peleadores, me voy a un recital de Oasis. Y si quiero ver a alguien luchar contra el terrorismo, alquilo todas las de “Duro de Matar” y pido pizza. C
osa que tengo pensado hacer hoy, varias veces.

Pero Daniel Craig se la rebanca en casi todos los sentidos, y paso a explicar: Éste James Bond es el James Bond más duro de todos. Daniel Craig cobró más en diez minutos de persecución en la escena del aeropuerto, de lo que lo hicieron Roger Moore, Sean Connery y Pierce Brosnan en todas las otras juntas. Cobró más que Hillary Swank en "Boys Don´t Cry". Cobró más que Apolo contra Drago. Probablemente eso se hubiese evitado si le hubiesen enseñado un poco más de defensa personal, pero bueno, una hay que darle al pobre flaco. Ya bastante tuvo con eso de que cuando lo capturaran, lo torturaran golpeándole los testículos con el extremo anudado de una gruesa soga. Y si al principio dije “casi”, fue porque no hubo una sola escena de sexo. Todo son “presunciones e insinuaciones”. Y para suponer cosas, me podría haber quedado en casa, sin tener que andar metiendo de contrabando dos paquetes de galletitas, dos botellas de gaseosa, dos cajas de caramelos, un tubo de papas fritas y algunos sánguches. Sí, fuí con una mochila.

Lo que más me llamó la atención fue la falta de chirimbolos en el auto. Para eso no hacía falta un Aston Martin, le hubieran facilitado un Peugeot 504 blanco, y listo, tenías un James Bond remisero. También me molestó un poco el hecho de que a James Bond no lo acompañase John Cleese, pero esa es otra historia mucho más personal, que tiene que ver con el hecho de que Cleese debería estar en cuatro de cada cinco películas.


Lo peor de todo es que el malo de la película no es inmortal, no tiene ojos de oro, ni tiene un ayudante con el esqueleto de diamante… la resumo: no tiene un carajo, ni hace un carajo, ni asusta un carajo, ni intimida un carajo ni la juega de un carajo. Se trata de un súper-jugador de póker, genio de las matemáticas (o sea, un nerd propenso al autismo) que llora sangre de un ojo y se pasa la película tratando de que no le ajusten cuentas unos guerrilleros a los cuales les debe varios millones de dólares. Que por cierto, al final lo encuentran y lo matan de un balazo. Yo soy más malo que él, y a veces canto “Moonriver”, más precisamente la versión de Audrey Hepburn en “Breakfast at Tiffany´s” sin darme cuenta, mientras cocino. Hablando de música: la canción de la presentación ("You know my name", a cargo de Chris Cornell, el cantante carilindo de Soundgarden y Audioslave) no es de las mejores. Empieza lindo pero se cae.

Como esta película, que dentro de todo está buena, cuando uno olvida que supuestamente es una película de James Bond. El agente 007 no tiene estilo, no cumple la misión, ni gana, ni se queda con la mina. Esa mina que no sólo lo engaña, sino que también le salva la vida varias veces. Y no está tan buena como, por ejemplo, Sophie Marceau (foto), que con esa boca podría comerse una rata viva y así y todo provocarme risitas nerviosas y maripositas en la panza.

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jueves, febrero 22, 2007

Con más nombre que el Dr. Valerga

Yo por Dentro – Vida Diaria - Del Habla

Estuve pensando en que voy a casarme, y el paso siguiente, una vez casado, es tener hijos. O algo así, digo, es la idea de formar una familia y renunciar definitivamente a la posibilidad de convertirte en un temerario de esos que escalan montañas, pelean con espadas o se tiran en paracaídas desde un avión sabiendo que no van a dejar huérfano a nadie ni provocar el sufrimiento de nadie más que esos parientes y amigos que lo vieron crecer.

Pero si me preguntan, diré que lo verdaderamente bueno de tener un hijo es que uno puede bautizarlo, o cuando menos, nombrarlo de determinada manera. Le guste o no. Como una mascota súper-inteligente a la que podés enseñarle súper-trucos, como por ejemplo… no sé, ponele… a jugar al truco. Ahora bien, resulta que algunos dicen que el nombre determina la personalidad y destino de la pobre criatura, por lo que uno debería usar cierto criterio. En especial si hablamos de un hombre. Por ejemplo: mi nombre es Andrés Angel. Y me encanta, ya supe decirlo en otras ocasiones. Según lo que corresponde a un “Andrés”, yo debería ser viril, varonil y valiente, y créanme que lo soy, todo, casi llegando al punto de lo repugnante y peligroso. Bueno, mas o menos. Y según lo de “Angel”, yo debería ser un enviado de Dios, y todos sabemos que es así, en algún sentido.

Estos son los nombres que yo estaría dispuesto a aceptar en un varoncito:

-Lobo Ensangrentado
-Dante
-Pequeña Mantis
-Saladino
-Hajime Saito
-Vegeta
-Sephirot
-Gran Dragón Negro Imperial y/o del Infierno
-Gran Dragón Rojo Imperial y/o del Infierno
-Gran Dragón Verde… se entendió.
-Falcon
-Nosferatu
-Ryuichi Sakamoto
-Samurai del Trueno
-Bruce Willis
-Chuck Norris
-Bruce Willis Imperial y/o del Infierno
-Steve Hyuga
-Shang Tsung

Y estos, los que no:

-Jacobo
-Jesús María Alabanzas de la Sagrada Concepción (me parece poco serio y conocí a un tipo que se llamaba así y era medio antipático)
-Diego Armando
-Romina
-Adelaida
-Flor
-Jazmín
-Trencitas Felices

Y nada, quería decirles eso. Pero son libres de agregar nombres dignos de llevarse por mi descendencia. No se me ocurren muchos nombres femeninos dignos, en una demostración de mi masculinidad agobiante. Cheetarah, podría ser, únicamente, pero no quiero que ni hija sea una yegua atractivísima hasta más o menos cumplidos sus cuarenta, cuarenta y cinco años.

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miércoles, febrero 21, 2007

Así habló Chinchulín #17

Así habló Chinchulín

Me molesta que la gente diga que la vida es dura. Resulta evidente: si vivir fuera una tarea más fácil de llevar a cabo, todos estaríamos vivos.

A nadie le parece que las guerras, el hambre y las pestes incurables sean algo bueno o digno de perpetuarse. El hombre es una criatura despreciable, siempre y cuando se considere que su legado está compuesto únicamente por dos claros elementos: muerte y destrucción. Cada vez son más los muertos, y más lo que se destruye.

Ahora bien, hoy en día hay más seres humanos vivos de los que se pueda haber tenido registro antes. Y hasta nacen y sobreviven criaturas de menos de 300 gramos. Hay más gente viva que nunca. ¿No alcanza con eso para que el saldo sea positivo?

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martes, febrero 20, 2007

Los 17 futbolistas más feos del mundo

Cine, tele y así – Madre Naturaleza - Guías, Listas, Manuales, etc.

Dejemos en claro que la lista sería extensísima, considerando que los jugadores de fútbol verdaderamente atractivos son una pequeña minoría. Quise que fueran 17 como podría haber querido que fuesen 25, es sólo un número. Y consideremos también que hay muchos jugadores feísimos que deberían estar en esta lista pero nos resultarían poco familiares (como el inglés Breitner) o tienen fealdad similares a las de otros. Esta es tan sólo una apreciación mía, y en el peor de los casos, ustedes serían los equivocados. Pero bueno, comencemos a sentirnos más bellos gracias a la desdicha ajena.

17-Hern Crespo. Lo que lo pone en esta lista es que él realmente se cree bonito. Y lo que las mujeres que gustan de él no llegan a entender, es que no es más que un Bilardo joven o un Aguinaga. Digan lo que quieran: haga lo que haga, este muchacho nunca dejará de ser fiero. Uno no puede darse el lujo de tener semejante nariz, a menos que sea Jean Reno. Pelito largo y arregladito por un coiffeur, pulseritas, maquillaje, cama solar, tratamientos faciales, ropita cara y trajes a medida… nada evita que en toda ocasión, y mas allá de su figura atlética propia de un deportista de (en teoría) alto rendimiento, Hernán Crespo se vea como se vería el rostro de Gabriel Batistuta en caso de estar hecho de cera y derretirse.

16-Wayne Rooney. No puedo dejar de preguntarme, y todavía más con esta foto frente a mis retinas, si Wayne Rooney no tendrá algún tipo de impedimento mental. Este jóven y potente delantero inglés luce del modo en que “Mi amigo Mac” luciría si hubiese recurrido a los esteroides a fin de competir por el cinturón de campeón en la UFC. Bueno, pobre, en una de esas lo acariciaron cuando todavía estaba fresco y quedó así, y yo acá, sacándole el cuero.

15-Oliver Khan. El increíble hulk, pero desprovisto de lo verde. Un auténtico gorila que, realmente, da miedo. Su mandíbula es… pongámoslo así: el hombre no ha visto otra mandíbula como esa en los últimos sesenta mil años. Estamos hablando de un asombroso salto en la escala evolutiva, ni más ni menos. El eslabón perdido, tal vez. Si Khan muriese y su calavera desnuda fuese exhibida en un museo, habría que ser muy ducho en la materia para diferenciarlo de un Homo Erectus Olduvaiensis.

14-Barthez. Me sentía mal por no poder incluir al alienígenísimo referee Pierluigi Collina en esta lista de jugadores, pero luego recordé que existía Barthéz. Un típico francés fiero y paliducho, que parece haber sido dibujado, más que parido. Resulta inevitable destacar que en su caso, la fealdad se ve acrecentada por la comparación desfavorable (o no). Siendo su esposa la bella Linda Evangelista, el grado de horribilidad en este ex-arquero francés es directamente proporcional a su suerte, y la envidia de muchos.

13-Carlos Valderrama. El primer colombiano de la lista, si bien podríamos armar otra lista únicamente para los feos venidos de esa tierra. La fiereza (en el peor de los sentidos) del Pibe Valderrama resultaba insultante al punto de que no he conocido alma que dijese: “feo pero querible”, cosa que sí se llega a decir de otras aberraciones a la naturaleza que vuelan alto en este ranking. El bigote… el pelo… nada bueno en este señor, salvo el fútbol. Se puede ser feo, no es pecado… pero hay que saber cuando detenerse.

12-Junichi Inamoto. Podría decirse que no es más o menos feo que cualquier otro futbolista japonés. Que así sea: Junichi Inamoto forma parte de esta lista y representa a todos esos jugadores de fútbol espeluznantes que Japón, Corea y China han sabido aportarle al fútbol mundial desde siempre. Son feos al punto de que se les disimula lo horrible de su juego gracias a lo horrible de sus aspectos. La última vez que lo ví, jugaba en el Arsenal de Inglaterra, donde ni siquiera la espantosa apariencia del nigeriano (y oblongo) Nwanko Kanu servía para diluirlo un poco.

11-Lionel Messi. Creen algunos que la belleza, mas allá de estar en los ojos del que mira, tiene una explicación científica comprobable. Supuestamente, cuanto más simétrico un rostro, más bello. Y por eso Messi es feo. No hay edad para "dar impresión" y “tener un aire a Corky”. Lo sabe Rooney y definitivamente lo sabe Lionel Messi, quien tiene que vivir enterado de que el dinero y un brillante porvenir no lo son todo. O en su caso, sí. En algún extraño laboratorio, escondido en un refugio sobreviviente de la Guerra Fría, alguien está tratando de replicar a Lionel Messi. Se dice que está mezclando genes de Picasso, unos playmóviles y el DVD de Faivel.

10-Sócrates. Diría Jorge Luis Borges: Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica sabiduría nos dió los televisores de alta definición veinte años después de que Sócrates se hubiera retirado de las canchas. Este mediocampista brasilero (uno de los mejores de la historia) amigo del tabaco y el alcohol, supo ser también médico. Lo entiendo: yo también necesitaría recetarme antidepresivos si me pareciese tanto al personaje interpretado por Darío Grandinetti en “Esperando la carroza”, pero después de un accidente. Cabe decir que Sócrates era la versión corta de su nombre, que completo reza: Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira. Una lástima que su fealdad nunca pudo abreviarse.

9-Michael Reiziger. Huácala. Si yo formase parte de una organización pro-abortista, repartiría panfletos a todo color con su imagen, a modo de propaganda. Me animo a decir que algunas de sus parejas sexuales (recordemos que es millonario, y los millonarios suelen tener varias parejas sexuales, por eso de los millones) deben haber echado mano a la ligadura de trompas, a escondidas. Gracias a tipos como éste lateral holandés, es que uno a veces, no parece tan despreciable. Ni tomando carrera podría yo ser tan feo.

8-César Delgado. La pregunta es: ¿Debería César Delgado odiar a Dios por haberlo hecho así, tan feo, peludo y casi vomitivo, o debería agradecerle el hecho de que le permitiese convertirse en un jugador de fútbol medianamente adinerado y reconocido? En cualquier caso, el “Chelito” Delgado es otro de los que al más puro estilo “Ariel Ortega”, o "Andrés D' Alessandro" deberán estarle eternamente agradecidos a la redonda. Porque de no ser por la plata de la pelota, era obvio que Delgado iba a morirse virgen.

7-Franck Ribery. ¡Aaaahhh, en nombre de todo lo que es santo! Otro francés, realmente interesante desde el punto de vista futbolístico debido a que juega y mete ganas de lo lindo, pero soberanamente antiestético. Tengo la sensación de podría contaminar el agua de una laguna pequeña únicamente reflejándose en ella. Le quedan muchos años de carrera, y muchos de desgracia facial. Es más feo que abrir la puerta de tu habitación y encontrar a tu madre masturbándose en la cama mientras ve en la televisión un documental sobre el Holocausto.

6-Ronaldo. Sentó un precedente, porque para cuando apareció en los medios triunfando deportivamente, el mundo llevaba bastante de no ver a alguien tan habilidoso y goleador, pero tan feo. Y como siempre hizo muchos goles, su exposición no ha sido poca. Es lo suficientemente feo como para que sus esposas y novias (que probablemente son algunas de las mujeres más increíblemente hermosas que cualquier hombre haya visto) lo engañen con otros hombres y se arriesguen a perder sus millones de dólares tras un divorcio por infidelidad. Así de feo es, y podríamos destacar el hecho de que va engordando progresivamente, al punto de que cuando se vea obligado a retirarse del fútbol, pesará lo que un banco de suplentes completo. Un feo en expansión.

5-Roberto Carlos. Creo que voy a vomitar. Dios realmente dejó caer su ira sobre él. Supongo que fue la respuesta a ese personaje ficcional creado por el hombre conocido como el "Crypt Keeper" de "Cuentos de la Cripta". Roberto Carlos es a todas luces el “Mini Me” de Ronaldo. Es asombrosamente feo. Es anti natural. Es un adefesio. Como un duende-mono, pero mucho, mucho peor. Daría todos mis ahorros si con eso consiguiese convencerlo de aprender a hablar el idioma antiguo de Leelo, la Milla Jovovich de “El Quinto Elemento” y vestirse con un enterito verde. Y luego, por miedo a soñarlo, no volvería a dormir. Jamás.

4-René Higuita. A ver, detengámonos a ver qué fue lo que pasó acá, y demos gracias de que René Higuita se haya sometido a ese mejoramiento de imagen que un par de años atrás lo invitó a formar parte de la raza humana. Fue una verdadera bendición que el grado de fealdad física de René Higuita fuese perceptible sólo a través de los ojos: uno podía cerrarlos y protegerse. Porque si hubiésemos podido representar su fealdad olfativamente, ésta hubiese olido a basura tibia. Y si lo hubiésemos podido hacer auditivamente, la misma sólo habría sido comparable a los sonidos que haría tu hijito de cuatro años mientras se ahoga con su propia sangre hasta morir tras haberse tragado una hoja de afeitar. Sí, aterrador. Aterrador, aterrador, aterrador.

3-Omar Saturno. Nada peor que despertarte todos los días viendo en el espejo algo que otra persona solo usaría en una fiesta de disfraces. Lo de Saturno es fue y será siempre una careta. Algún día, el hombre evolucionara al punto de poder clonar humanos y hacer réplicas de personas ya fallecidas, superados los impedimentos tecnológicos y moralistas. Cuando ese día llegue, habrá llegado también el momento de buscar a Omar Saturno, desenterrar su cuerpo, quemarlo hasta reducirlo a cenizas y luego empacarlo en un recipiente hermético, para enviarlo a la NASA a fin de arrojarlo al espacio, rumbo al sol. Nunca más.

2-Carlos Tevez. Simpático, corajudo, habilidoso… pero espantoso. Podríamos decir que es una suerte que no sea gay, porque la sola idea de que con esa boca pudiese estar brindándole sexo oral a cualquier muchacho, me genera escalofríos. Se la dejaría hecha un churro. Algo de injusto hay en eso de que desde niño (gracias a una combinación de desamparo social, brasero, pava con agua hirviendo, toalla y negligencia materna) posee una horrible cicatriz que lo desfigura parcialmente, pero, vamos, aún sin cicatriz sería un bicharraco. Freddy Krueger al menos tenía la deferencia de usar sombrero, caramba.

1-Ronaldinho. Pobre bastardo. Prácticamente todo lo que puede salir mal en un rostro, le ha sucedido a Ronaldo de Assis Moreira. Sólo le faltan antenas, y sospecho que una partera piadosa se las debe haber amputado al nacer. "Oh, the humanity..." Lamentablemente, era número cantadísimo en esta lista. He scares the living shit out of me.

Ronaldinho es el jugador de fútbol más horrible que ha existido en toda la historia del deporte. Una de las personas más horribles que han nacido. Unas de las cosas más horribles que hay a disponibilidad hoy, a la fecha, por debajo del cáncer de útero pero por encima del SIDA y la amputación de miembros como método de castigo. El Barcelona F.C. podría contratar a Gollum, y así y todo, el brasilero seguiría siendo el feo del equipo. Es feo al punto de que podríamos pasar días y días hablando acerca de su fealdad. Lo de su pelo largo y atado en forma de crines es, sin embargo, un acierto, ya que lo hace parecerse a un caballo. Y cuando se es Ronaldinho, tener alguna semejanza (cualquiera) con una criatura terrestre (cualquiera), es mejor que nada.

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lunes, febrero 19, 2007

¿Qué es un tratamiento de conducto?

Yo por Dentro – Vida Diaria

Finalmente, tal y como lo sospechaba tras haber visitado un consultorio varias veces en el último rato, la semana pasada fui dado de alta por la que se convirtió oficialmente en mi dentista. Puedo decir que tengo una dentadura desordenada (se vienen los frenos) pero capaz de arrancarle un cuerno a una vaca, o partir en dos una mesada de mármol. Me parece que lo más justo para cualquiera que haya leído el artículo nacido de lo mal que la pasé con una carnicera anterior (o no sepa de que se trata todo el asunto), que la experiencia denominada “Tratamiento de conducto bien hecho” se deje por sentada en algunos párrafos. Pero dividiremos la obra en tres actos. Sinceros actos.

Primer Acto: La dentista y yo.
Comienza cuando uno (que en este caso es Mantis) le explica al especialista todas esas razones que lo llevan a tener el comedor en peor estado que el de muchas momias mexicanas. Vale decir: “Cada vez que voy al médico me entero de que tengo algo nuevo”, “No le quiero cuestionar los precios, pero tuve que elegir entre atenderme los dientes o comer de acá hasta que me depositen el sueldo en veinte días”, “Mire que a mí las caries me salen más rápidamente que al resto de los cristianos”, “lo que usted me haga va salir publicado en un blog al que entran muchos loquitos peligrosos a los cuales simpatizo”, “Pablo Echarri está peor” o “Áteme, porque llegado el caso no tendré problemas en darle una patada en los ovarios y salir corriendo”. Luego, uno se sienta, porque esa cosa parece cómoda y cara. Además, está llena de manijitas y botones, y en una de esas es un módulo de escape que sirve para salir volando.

A continuación, la especialista mira con un espejito dentro de nuestra boca abierta y luego saca un par de pequeñas radiografías, con ayuda de nuestro dedo, que sujeta la plaquita. Es entonces que se termina de convencer de que la carie posee dimensiones equivalentes a las de un Renault 12.

Segundo Acto: Manos a la obra.
Comienza dramáticamente, con la especialista avisando que uno va a ser anestesiado, jeringazo mediante. El pinchazo no duele, más da un poco de impresión el sentir que la aguja entra y sale repetidas veces y en diferentes regiones. Pero no más que eso. Igualmente, imagino que pedirle a un chico de ocho años que no se ponga nervioso en semejante situación, es tan ridículo como pretender que un Stevie Wonder borracho dibuje una imagen del exilio de Sarmiento utilizando un chorro de orina sobre la arena.

Al ratito, ya nada duele. Cierta incomodidad permanece debido a que el nervio se encuentra inflamado, pero la dentista comienza a toquetear con sus herramientas, a fin de probar nuestra sensibilidad. Recomiendo hacer lo que yo hice, y decir que sentís todo aunque no sea así. Eso te garantiza otro pinchazo que no se siente, y un poco más de anestesia, sin costo adicional. Y entonces, aparece el torno.

Ser atacado por un pequeño taladro que gira a incontables revoluciones por minuto gracias a que una pequeña turbina lo impulsa con entusiasmo, en una experiencia digna de vivirse en muela propia. It feels like being skullfucked by R2D2. Polvo de diente quemado y agua llenan la boca con facilidad, provocando ligeras arcadas. La emoción máxima se consigue cuando la especialista se dispone a (cito) “agrandar los conductos” dándole al taladro en línea recta. Es entonces que uno se maldice y promete cepillarse los dientes no sólo después de cada comida, sino también después de cada bebida, y después de cada lectura, y después de escribir cada post, y después de cada sacada de boleto en el colectivo, con un cepillo en cada mano, utilizando el dentífrico experimental más poderoso desarrollado a la fecha, y hacer buches con ácido muriático, y no comer nunca más, por las dudas.

Finalmente, el nervio destrozado queda al descubierto. Entonces, pinzas mediante, se colocan unas trabas y una cubierta de goma alrededor de la pieza dentaria, a fin de reducir el área de trabajo y evitar accidente, imagino. El nervio es removido con pequeñas limas y agujitas que suben y bajan, raspando y limpiando. No se siente dolor ninguno, pero sí el forcejeo, única constante en todo el rato. Luego, con minúsculos canutillos de papel sumergido en cera, los últimos restos son quemados. Otro tapón de cera y una pasta provisoria de inconfundible sabor a témpera son lo último que se pone sobre la muela.

Tercer Acto: La despedida
Uno recibe la recomendación de tomar un analgésico cada seis u ocho horas, y regresar pronto, a fin de que sea ejecutada una reparación, o colocados un perno y una corona de porcelana, dependiendo de cuanto pueda pagar y de cuan mal haya quedado la pieza (aunque los principios profesionales del especialista también influyen). En mi caso, bastó con un perno en cada muela, una “agüita con gusto a soda fuerte” y una pastita que se endurece cuando es alumbrada con una linterna azul más que interesante.

Y listo. Lo único que dolió, a fin de cuentas, fue el bolsillo. Como siempre, bah.

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sábado, febrero 17, 2007

Acordes del niño negro con nombre de achura

Así habló Chinchulín - Cine, tele y así

Afortunadamente, ayer por la noche "The History Channel" tuvo la amabilidad de transmitir completamente esa maravillosa y extensa película denominada "El Último Emperador". Y digo afortunadamente tanto por la calidad del conjunto todo como por el hecho de que mi amo se colgó a verla nuevamente (como siempre), está absolutamente dormido, y puedo obrar con relativa libertad, siempre y cuando no recuerde el revólver cuyo gatillo ató a la puerta de la habitación en la cual me encuentro encerrado.

De vez en cuando, la música electrónica parece música de verdad, y se deja escuchar. De la película "Insterstella 555", arrebato esta melodía para acompañarlos en una lluviosa mañana de sábado, tan insignificante como cualquier otra.


La siguiente canción también parece haber sido hecha para un fin de semana relajado. Pero lo más maravilloso de la misma es su intérprete: un enorme señor que eligió el instrumento equivocado. Porque visualmente, a nadie le queda peor una guitarra.
Además, anda en patas. La canción es bastante bonita y parece haber sido para que la aprendan los niños, pero... ¿no se dará cuenta de que hay algo en su aspecto que no termina de cerrar? Apuesto a que este tipo fue maestro de música, o algo.



Y para cerrarla, un tema cuyo videoclip consta de un tipo desnudo, rodeado de un montón de chicas desnudas, y que, la verdad, están una mejor que la otra. Da ganas de saltar adentro de ese quilombo y hacer un desastre.

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viernes, febrero 16, 2007

El fusible del humor

Yo por Dentro - Científicamente

Bueno, este es uno de esos artículos que me hacen lamentar la carencia de más dedos, a fin de escribir más rápido. Estaba paseando por Internet, más precisamente por el sitio de uno de mis lectores, cuando me encontré con una suerte de “mito urbano” o humorada legendaria (y hasta ahora) desconocida para mí en Internet. La noticia de que en un circo, un hipopótamo se había tragado a un enano.

Eso me puso a pensar en cual sería el límite de mi tolerancia al humor. Lo reconozco: cuando uno dedica mucho tiempo del día a pensar cosas que cree graciosas, y se ha pasado la vida aprendiendo acerca de las diferentes posibilidades del humor, ya no es tan fácil reirse. A los once años, yo ya conocía todos los chistes “hechos para contarse” existentes en el repertorio de habla hispana. Y a los quince o dieciséis, todos los del habla anglosajona. Para peor, no suelo olvidar chascarrillos ni situaciones cómicas: mi cerebro recopila todo eso casi enciclopédicamente, por alguna razón que no entiendo del todo. Dicho de otra manera: si los chistes fuesen genitales de jugadores fútbol, yo sería Alejandra Pradón. No puede sorprendérseme desde allí. Lo he visto todo.

Y es por eso que de un tiempo a esta parte mis ratos de entretenimiento provienen de cuatro o cinco fuentes predeterminadas, a la cuales recurro con
stantemente cual drogadicto perdido, siendo una de ellas, mi imaginación. Créanme, yo imagino muy bien. Voy mas allá de lo que puedo controlar, lo que me angustia infinitamente cuando cualquiera de mis seres queridos no atiende el teléfono o falta a una cita pero también me permite asegurar que ustedes realmente desearían ser yo en estos casos más felices. La noticia era falsa, obviamente, pero recrear la imagen en mi cabeza fue todo lo que necesité para comenzar a descomponerme de la risa, hasta las lágrimas. Porque en mi imaginación el enano tenía una voz gangosa muy graciosa, y tardaba aproximadamente quince minutos en ser completamente tragado. La hipopótamo se llamaba Vilma, y el enano, supongo, Ordoñez, porque así se referían a él el resto de los desesperados artistas circenses, uno de ellos (el domador de leones) interpretado por Will Ferrel.

Es posible que lo de este enano sea la situación más divertida en la que me haya visto involucrado en los últimos diez días. Es al menos, lo más gracioso que tengo en mente en este momento, pero estuve pensando entonces en algo que pudiese distraerme. Algo no necesariamente gracioso, pero igualmente asombroso. Un acto que, en caso de yo presenciarlo, consiguiese apabullarme y dejarme maravillado. Algo que me volase la tapa de los sesos, en sentido figurado. Que se yo… como ver a un koala siendo devorado por un elefante bebé, ese tipo de cosas.

En este momento estoy tratando de ordenar los elementos a fin de imaginar un espectáculo por el cual yo estuviese dispuesto a pagar cualquier suma de dinero con tal de estar en primera fila.

Y no puedo pensar en otra cosa sino en una pelea a mano desnuda entre un equipo de cuatro bestias y otro de seis humanos, estando el equipo “humano” formado por Bolo Yeung, Bruce Lee, Jackie Chan, Shaquille O’ Neal, la "Hiena Barrios" y Steve Irwin; y el equipo “bestial” constituido por un oso pardo, un oso polar, el macho alfa de una manada de lobos y un tigre albino.






Si ven que no respondo a los comentarios, es porque estoy
ocupado imaginando. Sepan disculpar.

*Por cierto, Damos Pen@ está cumpliendo dos años, en este preciso instante. Aquí les dejo el link al primer artículo de vuestro servidor.

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jueves, febrero 15, 2007

Irresistible

Yo por Dentro - Madre Naturaleza – Guías, Listas, Manuales, etc.

Me veo obligado a contrarrestar la ñoñería sincera y placentera del artículo de ayer. Lo haré a mi modo. Diremos entonces que el ochenta y cinco por ciento de las visitas que recibe este blog está compuesto por señoritas hermosas, probablemente embelezadas por mi prosa de sirena macho, tan seductora como espectacular. O al menos eso quisiera creer. Pero es una realidad que muchas jovencitas, mujeres y hembras ardientes leen Damos Pen@. Y doy por sentado que buena parte de ellas tiene problemas sentimentales del tipo “no encuentro al hombre correcto, el que de verdad me gusta no me da bolilla” (histéricas) o “soy fea, nadie me quiere ni va a quererme jamás, de tan fea que soy” (feas). Y no es que los hombres suelan tener menos problemas sentimentales, sino que la mayoría se distrae mirando pornografía hardcore y abusando de la masturbación.

¿Problemas, muchacha? ¿No sabes como atraer al hombre que te gusta? ¿Ese compañero de estudios sigue haciéndose el desentendido? ¿La última tarjeta de San Valentín que recibiste era de tu papá y decía únicamente: “morite, horrible, morite y haceme un favor”? Aquí va una sentencia que te servirá para entender y seducir (después, arreglate sola, tampoco creas que te voy a dar el paso a paso de cómo levantarte a un tipo, porque resultaría sospechoso que yo supiese exactamente como hacerlo) a cualquier hombre joven que se precie de tal, y que tenga al menos algo de moral. Sepa la platea masculina corregirme si me equivoco, pero la cosa es más o menos así. Y que conste en acta que los hombres maduros requieren de maniobras apenas diversas.

A los hombres jóvenes nos gustan las armas.

Es así la cosa. Podrá decirse que matan, que son malas, que son elementos de destrucción, que reflejan el peor costado de la humanidad y el desarrollo de su inteligencia, sí, estamos de acuerdo. Tal vez por eso nos gustan. Incluso el más afeminado de los metrosexuales fantaseó alguna vez (aunque fuese una sola, de chico) con salir a caminar por la calle con revólveres, espadas, escopetas de corredera, nunchakus o uzis, e imagina que podría manejar todo a la perfección porque vió mucha televisión e hizo tres meses de karate cuando tenía nueve años. Todos esperamos ansiosos por ese día en que tendremos que defendernos de ese delincuente imaginario, pequeño, débil y asustadizo que nos atacará, será vencido y verá como su vida le es perdonada a la voz de: “La próxima vez no habrá cárcel para ti, ¿Me has entendido?”.

Una mujer que no le teme a las armas seduce, porque el hombre (que -recordemos- es simple y práctico, debido al abuso de la masturbación) enseguida piensa algo así como “ahhh… guerreeeeraaaa”. Y si el hombre gusta más de las espadas o cuchillos, también delira porque encuentra vértigo y salvajismo afilado. Porque todo se reduce a que en realidad, el hombre se hace la cabeza pensando en lo intenso que debe ser el sexo con una mujer de armas tomar. La única razón por la cual la saga de videojuegos conocida como “Tomb Raider” fue un éxito, fue la innegable realidad de que su protagonista era una mujer de enormes armas y buen cuerpo. La única razón por la cual la serie de televisión conocida como “Nikita” fue un éxito, fue la innegable realidad de que su protagonista era una mujer de enormes armas y buen cuerpo. La única razón por la cual la serie de televisión conocida como “Alias” fue un éxito, fue la innegable realidad de que su protagonista era una mujer de enormes armas y buen cuerpo. ¿Van entendiendo? Y si están necesitando prestar atención al consejo que les estoy dando, es precisamente porque no tienen buen cuerpo. Algo que se entiende considerando todo el tiempo que pasan frente a la PC, leyendo las incoherencias que gusto de escribir, en lugar de estar corriendo y tonificándose. Y si en una de esas tienen buen cuerpo no me lo digan, y siéntanse libres de crear un fotolog y avisar.

Para finalizar (estaba buscando la manera apropiada y suficientemente sexista de finalizar este artículo), dejo aquí un consejo para las miedosas que no gustan de las armas de fuego.

Mientan. Finjan que se excitan e interesan cuando pasen caminando frente a una armería o local de caza y pesca. Asegúrense de que haya una en el recorrido. Múdense junto a una. Trabajen en un polígono de tiro. Pidan una daga con manopla como regalo de cumpleaños. Digan cosas como “¿Me averiguás en Mercado Libre a cuanto está un palo articulado de los buenos?” o “Ayyyy… ¡Mirá que linda la nueva Taurus! ¡Me voy a hacer un transfer para la remera!”. Y si el hombre deseado les acerca un elemento de este tipo, no lo tomen con tres dedos y los gestos de quien está agarrando un pañal con caca. Pero cuidado, no pasen de parecer “intensas” a parecer “locas peligrosas que se podrían rayar mal porque no cortamos el pasto y llegar a matarnos mientras dormimos” porque en el fondo casi todos los hombres somos nenitos y nos hacemos pis encima antes de salir corriendo.

O pueden tatuarse el rostro de Scarlett Johansson en la nuca. Eso también funcionaría. No se imaginan cuanto funcionaría.

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miércoles, febrero 14, 2007

T'amo

Yo por Dentro

No me importa que sea una fecha comercial, o que un kilo de rosas se esté vendiendo al precio de un kilo de oro. Yo festejaré el día de San Valentín, por el simple hecho de que estoy enamorado. Sea el amor una treta disimulada en mis cromosomas humanos a fin de prolongar la especie, o una placentera patología. No me importa en lo más mínimo si el romance es la vereda por la cual uno camina de a ratitos y casi de un modo involuntario, cuando no está pisando a fondo sobre la avenida del egoísmo.

Porque te quiero, te amo, te extraño y soy feliz nomás sabiendo que en algunas horas voy a dejar de fingir que trabajo, nomás para verte y volver a enamorarme de vos. El hecho de que me aguantes y permitas formar parte de tu Universo hace de mí el papanatas más suertudo en todo el mundo, y me hace creer que los mejores días de mi vida son esos que pasamos juntos, a pesar de todo.

Este día (como el resto, mi vida entera, y ya que estamos, este artículo, que es el #300 en Damos Pen@) es para vos. Feliz día de San Valentín, mi vida.

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martes, febrero 13, 2007

La lista de los Machos más Machos del Universo

Yo Por Dentro - Madre Naturaleza - Cine, tele y así - Guías, Listas, Manuales, etc.

Cabe decir que mañana estaremos todos (me refiero a los enamorados) festejando el día de San Valentín. Ya saben, chocolatitos, flores y alguna sorpresa grata, tal vez una salida, tal vez un mimo especial, tal vez una orgía con un contingente de marineros ucranianos. Para contrarrestar todo el –lo confieso- placentero ñoñerío que pueda llegar a llevar a cabo durante ese día, es que tengo pensado publicar un par de artículos bien de machos y para machos, que vengo teniendo en mente desde hace un tiempo. Porque estoy convencido que la masculinidad de más de uno se va a poner a prueba en estos días, es que les presento algo que nos va a recordar lo que es ser macho.

Tras investigar un poco, voy a listar aquí a los que creo son, a todo trapo, los más machos entre los machos. No sé si hombres, pero machos. Siéntanse libres de incurrir en el error de discutirme todo lo que quieran.

10 - Brad Pitt. Papito. Antes de objetar, lean: Será andrógino, pero ser tan macho cuando se es más lindo que todos los hombres y por lo menos la mitad de las minas, es cosa de macho atómico. Además, debe ser responsable de buena parte de los homosexuales existentes hoy en el mundo (sostengo la teoría de que si se lo encierra en una habitación con cien hombres, por lo menos treinta intentarían darle un beso al término de los primeros cuarenta minutos, sumándose posteriormente de a dos cada quince minutos). Si bien es el verbo encarnado, el Alfa y el Omega, y la prueba de que el Dios-Hombre está entre nosotros, es tan macho, que se la está bancando a Angelina Jolie y a todas sus mascotitas humanas de colores varios.

9 - Liam Neeson. Aquí tenemos a un hombre al que no se lo vería involucrado en ningún tipo de actividad homosexual, nunca. Y de un tiempo a esta parte, en casi todos sus papeles está peleando o enseñándole a pelear a alguien. Macho, didáctico y sabio, que mata y muere, mata y muere. Además, mide casi dos metros y fue boxeador en su juventud (de ahí la extraña forma de su nariz rota). Podría decirse que es su masculinidad la que lo hace macho, porque de seguro cedería el asiento en el colectivo, pero no dejaría ser macho por ello. Y el hecho de que haya aceptado involucrarse en “Darkman”, una de las peores películas jamás hechas, demuestra que tiene serios cojones…

8 - Steven Seagal: Un macho de pocas palabras y chaqueta de cuero negro, capaz de romperte y dislocarte partes del cuerpo que no sabías que tenías, y luego curarte con su bebida energizante hecha de yuyitos asiáticos. Un duro, que embarazó a la brutal Kelly LeBrock tres veces, y se ofendió cuando no fue elegido para protagonizar “The Last Samurai”, diciendo lo que sigue:

“Me crié en Japón y fui adiestrado en artes marciales. Recibí el título de Maestro. Y alguien hace una película llamada The Last Samurai y contrata a un tipo de un metro sesenta, sea gay o no, no se, no me importa, que ni siquiera estuvo en Japón ni habla japonés, y nunca sostuvo una espada en sus manos. Y lo hace el último samurai.”

Y eso es cosa de macho bruto, porque el último samurai de la película es Katsumoto, interpretado por Ken Watanabe. Pero Steven Seagal es un macho con aguante, de esos que te tratan de “mariposita” y no necesitan dejarse la barba, ni cortarse el cabello, ni ver una película antes de opinar sobre ella. No está mas arriba porque en “Nico”, corre moviendo los bracitos como nena, y porque anda componiendo baladitas. ¿Vos tenés tu propia bebida energizante? ¡Ja! Me lo suponía...

7 - Jean Reno. El francés, por lo general, tira más para el teatro, el té con galletitas, la torta de frambuesas y el amaneramiento simpático (ver Telerman), y las excepciones son escasísimas. Por eso Jean Reno (el Arguiñano galo) forma parte de esta lista. Fiero y narigón, grandote, masculino, tosco en “El Profesional” (el mejor asesino), y muy capaz de noquearte de un solo golpe. El tipo de macho que termina teniendo una hijita hermosa y convirtiéndose en un suegro de temer, de esos que te miran a los ojos sin pestañear, acercando el rostro hasta casi tocarte, amenazando en voz baja una y otra vez con “cortarte las bolas y hacértelas comer”. Y del miedo, a uno, que está transpirando helado, no se le para en una semana ni con una intravenosa de Viagra.

6 - Ron Jeremy. Un super mario judío de carne y hueso, feo y grasiento como él solo, pero provisto de casi 30 centímetros de matraca usada a lo pavote. Este tiranosaurio sexual ha sabido mantenerse erecto durante décadas, abriendose paso a través de la vida a pura bomba y bomba, en más de 1900 películas para adultos (consideremos que muchos hombres no llegan a tener 1900 relaciones sexuales en toda la vida). Macho dijo la partera, y se le hizo agua la boca. Hay que ser muy macho para con esa facha, ser la figura más exitosa de todos los tiempos del cine para adultos y seguir volteándote a todas esas minas que son cuidadosamente seleccionadas a fin de despertar el sexópata que todo adolescente lleva dentro de si mismo.

5 - Cacho Castaña. Chorrea sebo este fulano, pero cada vez me cae mejor. Lo que lo hace formar parte de esta lista es el hecho de que las mujeres siguen encontrándolo atractivo pese a que no lo es. ¿Macho argentino? Vaya uno a saber; Cachito es un morochón que parece haberse quedado en el tiempo, exhibiendo camisas inexplicables, cabello oscurecido artificialmente y joyería que muy probablemente fue obtenida en una subasta de artículos personales de un desmejorado Mario Baracus. Luce como si MC Hammer le hubiese vomitado encima. ¿Actúa? ¿Canta? ¿Es una versión argentina del Chef de South Park? ¿Posee el kavorka? Indeterminable. Macho de esos que si te tocan de tío, te llevan en el Torino a ponerla en un puterío cuando cumplís los once. Y a escondidas también invita a tus amiguitos del barrio, convirtiéndote en ídolo y marcándote un futuro de pirata sexista y ganador.

4 - Pappo. Un reconocimiento póstumo. El Carpo era macho en serio. Con su “nadie se atreva a tocar a mi vieja”, era capaz de dar miedo en serio. Nadie se atrevió a tocar a su vieja. Rockero y mecánico. Macho de guitarra, cigarrillos y alcohol. Imagínense a un punguista que le arrebata la cartera a una viejita y al echar a correr, se tropieza y es alcanzado por este macho, que justo salía con el auto. No es difícil adivinar que la cabeza de este pobre infeliz sería golpeada repetidas veces contra el cordón de la vereda… porque Pappo era un macho de esos que usan el mingitorio sin miedo a la comparación, y sonríen mientras la sacuden y te salpican los zapatos. Macho de esos a los que sus amigos no amagan llamar “trolo”, ni siquiera en broma.

3 - Rodolfo Ranni y Federico Luppi. ¿Quieren saber como putea un macho? Consíganse un par de cintas de estos dos machotes, que comparten el puesto por su veteranía y bigotes masculinos. Rodolfo Ranni supo hacer de homosexual precisamente en una tira llamada “Los Machos”, y no se la creyó nadie, pero nadie. Federico Luppi supo encasquetarse a Cecilia Milone, morocha no sólo interesante sino también bien dotada, y casi ciento noventa años menor que él. ¿Se imaginan a alguno de ellos rebobinando las películas antes de devolverlas en el videoclub? Yo no. Dos machos que no dan explicaciones y te miran como sintiendo lástima por tu pinta de nena metrosexual que toma té de canela. Machos como los de antes.

2 - Clint Eastwood. Macho veterano. Una sola palabra: testosterona. Es muy probable que a pesar de su edad, sea capaz de embarazar con la mirada, tanto a mujeres como a hombres de poca fortaleza mental. Su película más emblemática debería de haberse llamado “El macho y los otros dos”, en lugar de “El bueno, el malo y el feo”. Hablar de “Harry el Sucio” es poner punto final a cualquier tipo de discusión. Un macho tallado en roca sólida. Macho, macho, macho, de los que ignoran a que saben el yogur o la zanahoria rallada, y no reciclan un carajo. Si alguien te pregunta a alguien: “¿es gay, tu amigo?”, es seguro que ese amigo tuyo no es Clint Eastwood. Porque Clint Eastwood es de los que saben decir cosas como: “He matado a mujeres y niños. He matado a todo lo que camina o se arrastra, en un momento u otro. Y ahora estoy aquí para matarte” o “Esta película costó 31 millones de dólares. Con esa cantidad de dinero yo podría haber invadido algún país”.

1 - Sean Connery. Machazo escocés. Machote de leyenda. EL MACHO. Tiene como ochenta años y así y todo podría cagarnos a trompadas a todos y levantarse a nuestras abuelas, madres, novias, esposas y sobrinas. Desafío a cualquiera a imaginárselo comiendo verduras. Es más, desafío a cualquiera a imaginárselo comiendo nada que no requiera un cuchillo de dientes filosos. Más todavía, pongo plata, a ver quien no se lo imagina incluso saliendo a cazar a sus presas, rompiéndoles el cogote con una sola mano. Como no le bastaba con eso de haber sido el mega-arranca-tangas James Bond, hizo de Jim Malone (el policía con más cojones en “Los Intocables”: WHAT ARE YOU PREPARED TO DO?!!) y después puso la voz para un dragón. Y sabe Dios que Sir Sean Connery tiene más voz de dragón que la gran mayoría de los dragones. Puede ponerse de vez en cuando una pollerita (como todo nativo de Edimburgo) y así y todo, a su lado, Optimus Prime parece David Beckham. Y el resto de nosotros, mujeres, algunas con pitito.

*Menciones especiales para el Coco Basile, macho de los que no temen al enfisema pulmonar, Oscar Ruggeri, por la patada asesina arrojada alguna vez contra el paraguayísimo José Luis Félix Chilavert, Charles Bronson por ser el vengador anónimo y Arnold Schwartzenegger por ser el exterminador. Estuvieron cerca de entrar Robert De Niro, Chuck Norris, Urquiza y Bolo Yeung.

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