¿Onírico?

Yo por Dentro

Resulta que, acostado, yo veía películas animadas de Tim Burton durante un rato, En la tele, animaciones, varias de ellas de arañas negras gigantescas. Hechas en Flash, seguramente. Yo pensé algo acerca de que, precisamente, de allí había salido la famosa bruja de Disney. Al rato, busqué una frazada y me tape.

Pasaron algunos minutos, y yo seguía teniendo frío. Entonces, me levante. No estaba tapado. La ventana estaba abierta. No estaba la frazada. Miré el reloj en el teléfono celular. Cuatro y diecisiete. Eso quería decir que todavía tenía poco más de una hora de sueño por aprovechar. Me lavanté y revisé la heladera. Había comprado gaseosa, quedaba un poco. Tragué un sorbo, dejando algo. Cerré la botella y la puse en su lugar.

Entonces caminé hasta alcanzar los papeles y la lapicera junto al teléfono, y escribí en un papel, lo siguiente, en letra cursiva (estoy respetando errores, ubicación en el papel, mayúsculas, minúsculas e incoherencias):

sueño /realid
Charla
Tim
Burton / pis jugo
(Frazada)
Enojado
Frío / Calo
Frío
----------------------------------
Lo de las 1000 y 1
Enfermedad Mental

Seguidamente saqué una botella de agua y la botella de jugo concentrado de naranja. Como la botella de agua estaba a la mitad pero mi sed completa y los vasos lejos, procedí a volcar algo de jugo dentro de la botella misma. Y me di cuenta de que tenía unas terribles ganas de hacer pis. Estaba tomando jugo helado y aguantando las ganas de hacer pis más bestiales del mundo. Debo haber bebido el equivalente a un vaso grande.

Recuerdo haber pensado (mientras escribía) que habría sido un muy buen artículo a desarrollar, acerca de alguna enfermedad mental relacionada al no saber, por algún motivo llamada la 1000 y 1. Y creído que el mensaje me sería fácil de entender, a pesar de lo resumido de las anotaciones. Ahora bien, no sabría decir que partes soñé y que partes fueron verdaderas. Imagino que “lo de las 1001 y 1” se debe a que recuerdo la historia de ese sultán que, aburrido, le hizo creer a un mendigo que era el verdadero sultán que había soñado que era un mendigo (y viceversa), confundiéndolo una y otra vez, drogándolo hasta que todo termina mal. Todo esto en “Las mil y una noches”.

Pero les juro que lo único que de lo único que estoy seguro, es del papel, porque lo tengo en la mano. En una de esas, hasta esta mañana yo no era más que Chiang Tzu, soñando que era una mariposa.

Soñar está mal.

*Artículo editado