Borrón y cuenta nueva
Religión
¿Nunca oyeron decir: “Mientras lo llevemos en nuestro recuerdo, Fulano va a estar vivo”?
Sé que nadie dura para siempre, pero sé también que existe una cantidad limitada de elementos físicos que componen a un hombre cualquiera. Considerando que no hay dos personas iguales en el Universo, pero que los factores determinantes son finitos, podemos entender que en algún momento, un ser idéntico a mí va a volver a pisar la faz de la Tierra. Una especie de resucitación indirecta/reencarnación directa, un reciclaje. Es una necesidad matemática: en algún momento alguien tiene que salir repetido.
La pregunta es: ¿Cuándo sucederá eso? No lo sé, dentro de millones de años, tal vez, pero mi “yo” va a estar disponible mucho tiempo antes, en un instante preciso: cuando haya dejado de existir por completo, del todo. Cuando no queden fotos ni grabaciones, ni lápida, ni papeles con mi nombre escrito, descendientes, o siquiera gente que me recuerde sin saber mi nombre. Exactamente cuando todo rastro de mi existencia se haya borrado de todas las bases de datos y registros posibles, salvo el de Dios (o parecido). Cuando no sea ni un personaje de ficción. Cuando no sea ni un pensamiento futuro. Cuando no exista la probabilidad de imaginar la coincidencia. Cuando ya no sea sino un atisbo de energía.
El tema es que hay mucha gente olvidada disponible también, y hay que ponerse a la cola. Una buena forma de retrasar la reencarnación de otros es hablando de ellos con otros. Mientras nos acordemos de Hitler, él no va a poder volver. Desde este punto de vista, los tipos más difíciles de regresar al tercer planeta serían los más famosos, por ejemplo: Los Beatles, Cristóbal Colón, William Shakespeare, Jorge Luis Borges, Robert De Niro, Aristóteles… Y el más difícil de todos sería sin lugar a dudas Jesucristo. Ese sí que no volvería más…
Recuerdo a mis muertos queridos, y creo que mis hijos y nietos los conocerán a través de algunas fotos y anécdotas. Pero el tiempo hará su trabajo. Al fin y al cabo, yo no me acuerdo del tatarabuelo de mi tatarabuelo, cuyo nombre desconozco. No creo que nadie lo recuerde, y en esa época no había fotos ni nada. Él ya debe estar disponible para una revancha, y no pasó tanto tiempo.
Yo calculo que al paso que voy, mi existencia terminará absolutamente en menos de mil años. A Alfredo de seguro le tomará un poco más. Lo más difícil será quitarme del Registro Nacional de las Personas, o como se llame. Pero es que la burocracia te jode hasta después de muerto, qué le vamos a hacer.
Sé que nadie dura para siempre, pero sé también que existe una cantidad limitada de elementos físicos que componen a un hombre cualquiera. Considerando que no hay dos personas iguales en el Universo, pero que los factores determinantes son finitos, podemos entender que en algún momento, un ser idéntico a mí va a volver a pisar la faz de la Tierra. Una especie de resucitación indirecta/reencarnación directa, un reciclaje. Es una necesidad matemática: en algún momento alguien tiene que salir repetido.
La pregunta es: ¿Cuándo sucederá eso? No lo sé, dentro de millones de años, tal vez, pero mi “yo” va a estar disponible mucho tiempo antes, en un instante preciso: cuando haya dejado de existir por completo, del todo. Cuando no queden fotos ni grabaciones, ni lápida, ni papeles con mi nombre escrito, descendientes, o siquiera gente que me recuerde sin saber mi nombre. Exactamente cuando todo rastro de mi existencia se haya borrado de todas las bases de datos y registros posibles, salvo el de Dios (o parecido). Cuando no sea ni un personaje de ficción. Cuando no sea ni un pensamiento futuro. Cuando no exista la probabilidad de imaginar la coincidencia. Cuando ya no sea sino un atisbo de energía.
El tema es que hay mucha gente olvidada disponible también, y hay que ponerse a la cola. Una buena forma de retrasar la reencarnación de otros es hablando de ellos con otros. Mientras nos acordemos de Hitler, él no va a poder volver. Desde este punto de vista, los tipos más difíciles de regresar al tercer planeta serían los más famosos, por ejemplo: Los Beatles, Cristóbal Colón, William Shakespeare, Jorge Luis Borges, Robert De Niro, Aristóteles… Y el más difícil de todos sería sin lugar a dudas Jesucristo. Ese sí que no volvería más…
Recuerdo a mis muertos queridos, y creo que mis hijos y nietos los conocerán a través de algunas fotos y anécdotas. Pero el tiempo hará su trabajo. Al fin y al cabo, yo no me acuerdo del tatarabuelo de mi tatarabuelo, cuyo nombre desconozco. No creo que nadie lo recuerde, y en esa época no había fotos ni nada. Él ya debe estar disponible para una revancha, y no pasó tanto tiempo.
Yo calculo que al paso que voy, mi existencia terminará absolutamente en menos de mil años. A Alfredo de seguro le tomará un poco más. Lo más difícil será quitarme del Registro Nacional de las Personas, o como se llame. Pero es que la burocracia te jode hasta después de muerto, qué le vamos a hacer.
No me acuerdo en qué cuento de Cortazar se encuentra con su "yo" cuando era chico. Era igual, le pasaban las mismas cosas, etc. Lo encontró en vida o sea que no hizo falta que pasen muchos años de su muerte.
Creo que si a toda esa gente que nombraste se las recuerda por lo que hicieron (bueno o malo) no hace falta que vuelvan. Y "los que no se nombran" no se si hace falta. Una vez me dijeron que una persona muere realmente cuando muere la última persona que lo recuerda. Muy cierto.
Borges también tiene un cuento parecido al de Cortazar. Bah, no se si parecido pero me hicieron acordar entre sí y, obviamente, tampoco me acuerdo como se llama.
Si quiere lo del RNP se lo arreglo en dos minutos: por un diego le cambian una letra a su apellido o mejor, arrancan la página entera, y si lo he visto (o ha existido) no me acuerdo (o no hay registro).
Compota: Claro. A eso me refiero. A mis abuelos (todos ya eliminados por los dioses) no les queda mucho rato de existir. Mis tataranietos ni van a saber de ellos.
Alfredo: Jajajaja... Usted es un canalla... Pero dejaría lugar a la coincidencia o deducción de cualquier aburrido.
Cazar un cortafierro y borrar los acentos de mi nombre a mi lápida funcionaría, pero quedarían cabos sueltos, y lo que buscamos es un completo desvanecimiento.
Pero para que lo que proponés pase, tendría que suceder la "teoría del eterno retorno". Porque por más que Jesús no fuese famoso, no me imagino que alguien de aquel entonces pueda nacer ahora a menos que vuelva la misma época con las mismas ideas y formas.
Es decir, si tomamos el efecto mariposa, una leve modificación en una sonrisa dedicada a un niño o una leve diferencia en donde esté apoyado en determinado momento que cambien su ángulo visual le cambiaría la historia y por lo tanto su forma de ser.
A menos que se produja una paradoja temporal, no estoy de acuerdo con que uno pueda repetirse.
Cuando hablo de volver, no me refiero tanto a lo espiritual, sino mas bien al aspecto físico y a la gracia (léase nombre).
Las probabilidades son mínimas, ya lo alcaré: una chance en miles de millones, a través de miles de millones de años. La evolución tendría que darme una manito, obviamente.
Por otro diego se hacen desaparecer todos los cabos sueltos.
En realidad, según la ley de probabilidades, tenés tanta opción de repetirte físicamente dentro de miles de millones de años, como que ya estés repetido o como que haya una repetción en este instante.
Es como la ley de azar.
La posibilidad de que salga por ejemplo en el Loto, el número 1, 2, 3, 4, 5, 6...diez veces seguidas, es la misma de que salga cualquier combinación.
Las leyes de probabilidades combinadas con la cuestión espacio tiempo, son infinitas porque el espacio tiempo es infinito.
Todo es infinito en realidad.
Acordate que si partís de la base "nada se pierde, todo se transforma". Todo es infinito.
Que termine en su forma actual no significa que sus moléculas (y por ende sus átomos) terminen.
Conclusión, podrías estar siendo repetido infinitamente en este instante.
Por ejemplo, pueden estar naciendo miles de vos justo ahora, o (todavía más interesante), podría haber ya en el mundo miles de voses (voses con s, plural de vos) con tu misma edad en diferentes países. Suponete, cien por país, y siguiendo la ley de posibilidades podría nunca nadie "haberte visto".
Lo más interesante es pensar en un futuro lleno de vos mismo. Todos los hombres del mundo de raza blanco serían vos.
A vos nene, se te ocurre cada cosa!!
Alfredo: Cortémosla aquí. Por un tercer Diego usted es capaz de tomar un revólver y comenzar los trámites de mi desvanecimiento.
¿Vé por qué nos metemos todos a su blog (que por cierto, es también, al igual que usted, un cabo suelto)?
Cosmo: Entiendo eso de que todo se transforma, por eso escribí que un atisbo de energía quedaría. No sé. Por las dudas, si otro le dice que tiene un blog, no le de bola y siga visitandome en Damos Pen@...
Se imagina un futuro lleno de "yos mismos" no habría entraña para todos... ¡a usted también se le ocurre cada cosa!
Yo opino: no veo la relacion entre tu desvanecimiento completo y la probabilidad de que nazca alguien similar a vos. De hecho me parece que como decia señorita cosmo, podria ya haber pasado.
Por otro lado... estoy de acuerdo en que uno muere cuando muere todo registro de uno, uno no es solo lo que percibe de si mismo si no lo que perciben los demas tambien...
basicamente: el yo que existe en tu mente y el primero que me diga de donde saque esa nerdeada se gana un chupetín a elección.
Y... En serio creés ke el mundo este listo para otra kopia tuya??? @_@
Marina: es matematica simple
No sería copia, Kalus. Yo ya habría dejado de existir. Sería una segunda vuelta, sort of speak.
Jajaja, es muy chistoso esto...
... porque es un chiste ¿no?
Marilia: Y, si... creo. Que se yo. En una de esas, cuando te morís te recibe Rá o Zéus, y ahí te quiero ver, con el traste lleno de preguntas.