Ma sí...
Religión - Del Habla – Vida Diaria
Aparentemente, la caída y muerte de Saddam Hussein han sabido dejar espacio para algo que, confieso, yo no sabía que existía o se podía hacer. Me refiero a la tradición chiíta de la mutaa.
La mutaa lleva 1400 años de existir. Y es (en palabras del jeque Ali Meyaji, graduado del centro intelectual del chiísmo) “una solución al problema sexual, el único medio legítimo para evitar el caos y la prostitución.” Un rito en el que hombre y mujer acuerdan de manera escrita o verbal casarse durante un periodo de tiempo específico que puede durar desde horas a años, recibiendo la fémina una remuneración o dote.
Pero yo estoy en un 50% de acuerdo con Saddam y el resto de los sunitas. A mí me parece que es prostitución, pero no pienso que la misma deba de prohibirse, si bien no pagué ni creo que vaya a pagar nunca por sexo. Aunque sí cobraría. Pero es que peor me cae eso de tomarle el pelo al Dios en el que uno, supuestamente, cree. Para ese tipo de asquerosidades argumentativas ya están el abogado de Madonna Quiroz y el resto de los penalistas; uno debería, en todo caso, hacerse cargo y decir algo así como: “existe la posibilidad de que yo esté haciendo algo que no debería según mi religión, sí".
Prostitución. Ni siquiera disfrazada. En pocas palabras, la posibilidad de tener sexo por puro placer, pagando, sin violar las reglas de comportamiento establecidas en el Corán. O sea: un matrimonio temporal bien de mentira, clandestino, en el que si la mujer queda embarazada su hijo no tiene ningún derecho. Un matrimonio que ningún padre (incluso un padre chiíta) querría para su hija. Un matrimonio que pretende ayudar pero prostituye a buena parte de las mujeres sin marido de ese país en el que los hombres mueren uno detrás del otro, casi siempre corriendo en dirección a Israel, llevando un puñal en la mano y gritando incoherencias, cosa que no suena descabellada cuando se entiende que la otra opción a elegir tiene que ver con pasarse la vida encerrado en un bunker en el que la temperatura no baja de los cuarenta grados, no hay escotes, la arena se te mete en todos lados y tu mejor anécdota tiene que ver con la decapitación a un cuñado al que confundiste con un turista europeo.
Esto pone cartas a mi favor, cuando quiero decir que las religiones se van adaptando a los tiempos que corren y adoptando un tinte de falsedad o doble discurso cada vez peor. Y es que resulta evidente que el hombre, más allá de su condición religiosa, es un ser sexual, asesino y propenso a la maldad desde el momento en que nace, como cualquier otra criatura. Incluso un rato antes. Que puede controlarse y reprimirse por motivos a elección, seguro; pero cuando quiere y no puede, da origen a este tipo de vericuetos legales o paparruchadas equivalentes a los puntos ciegos de las cámaras de seguridad y las legislaciones nacionales. Mucho mejor sería el mundo si hubiese más putas y menos hipócritas.
En cualquier caso, esto de los “casamientruchos” insinceros siempre va a ser mejor que tener un montón de curas hurgando con la lengua y los dedos entre las piernitas de un nene de siete años, eso es seguro.
La mutaa lleva 1400 años de existir. Y es (en palabras del jeque Ali Meyaji, graduado del centro intelectual del chiísmo) “una solución al problema sexual, el único medio legítimo para evitar el caos y la prostitución.” Un rito en el que hombre y mujer acuerdan de manera escrita o verbal casarse durante un periodo de tiempo específico que puede durar desde horas a años, recibiendo la fémina una remuneración o dote.
Pero yo estoy en un 50% de acuerdo con Saddam y el resto de los sunitas. A mí me parece que es prostitución, pero no pienso que la misma deba de prohibirse, si bien no pagué ni creo que vaya a pagar nunca por sexo. Aunque sí cobraría. Pero es que peor me cae eso de tomarle el pelo al Dios en el que uno, supuestamente, cree. Para ese tipo de asquerosidades argumentativas ya están el abogado de Madonna Quiroz y el resto de los penalistas; uno debería, en todo caso, hacerse cargo y decir algo así como: “existe la posibilidad de que yo esté haciendo algo que no debería según mi religión, sí".
Prostitución. Ni siquiera disfrazada. En pocas palabras, la posibilidad de tener sexo por puro placer, pagando, sin violar las reglas de comportamiento establecidas en el Corán. O sea: un matrimonio temporal bien de mentira, clandestino, en el que si la mujer queda embarazada su hijo no tiene ningún derecho. Un matrimonio que ningún padre (incluso un padre chiíta) querría para su hija. Un matrimonio que pretende ayudar pero prostituye a buena parte de las mujeres sin marido de ese país en el que los hombres mueren uno detrás del otro, casi siempre corriendo en dirección a Israel, llevando un puñal en la mano y gritando incoherencias, cosa que no suena descabellada cuando se entiende que la otra opción a elegir tiene que ver con pasarse la vida encerrado en un bunker en el que la temperatura no baja de los cuarenta grados, no hay escotes, la arena se te mete en todos lados y tu mejor anécdota tiene que ver con la decapitación a un cuñado al que confundiste con un turista europeo.
Esto pone cartas a mi favor, cuando quiero decir que las religiones se van adaptando a los tiempos que corren y adoptando un tinte de falsedad o doble discurso cada vez peor. Y es que resulta evidente que el hombre, más allá de su condición religiosa, es un ser sexual, asesino y propenso a la maldad desde el momento en que nace, como cualquier otra criatura. Incluso un rato antes. Que puede controlarse y reprimirse por motivos a elección, seguro; pero cuando quiere y no puede, da origen a este tipo de vericuetos legales o paparruchadas equivalentes a los puntos ciegos de las cámaras de seguridad y las legislaciones nacionales. Mucho mejor sería el mundo si hubiese más putas y menos hipócritas.
En cualquier caso, esto de los “casamientruchos” insinceros siempre va a ser mejor que tener un montón de curas hurgando con la lengua y los dedos entre las piernitas de un nene de siete años, eso es seguro.
Etiquetas: Del Habla, Religión, Vida Diaria
Me tiemblan los dedos en el teclado de la emoción. Welcome back. Si necesita refugio, yo estoy. Y lo del semáforo estaba muy bueno...MA SI!
Estoy muy de acuerdo con lo que ha expresado.
Sea bienvenido al ruedo.
Y si alguien le dice algo, avise que le vamos a hacer el aguante.
antes de leer el post, me permito decirte: Adoro los momentos-chancletazos "má si!"...
pd. me dispongo a leerte para ver cuan fuera del tarro me fui
"Mucho mejor sería el mundo si hubieses más putas y menos hipócritas". Re-Amén.
M.
No conocía la tradición chiita de la que contás, pero te digo que como mujer me siento sumamente asqueada.
En cuanto a usted caballero, permitame ponerme de pie y dedicarle un aplauso. Admiro esa forma que tiene de canalizar sus ideas en estos escritos que nos regala a diario.
Un beso grande,
PD: la gente en la oficina me mira con cara rara porque no entiende que hago parada y aplaudiendo, pero todo sea por el Sr. Mantis
Absolutamente, las religiones son la peor clase de estafa.
A ver cuando Ratzinger le "conviene" que se use condón así millones dejan de morir.
...
pd: que lindo es tenerlo de vuelta sr Mantis
Si, ya se, ya se q esta cansado de q le opinen y se arme bardo, pero lo mio viene asi, tranquilito y sin apuro, sin animos de agitar las aguas...
Lo q queria decir es q, a mi parecer, al ser la religion inventada por el hombre, es natural q vaya cambiando o evolucionando con el (bueno, si es q se puede decir q el hombre va evolucionando, claro esta). El gran problema se genera con las interpretaciones... me resulta peligrosisimo respetar textualmente lo q escribio otro hombre, sobre todo considerando q lo escribio hace miiiiiles de anios.
Su blog, don Mantis me parece excelente, realmente me alegro muchisimo q haya decidido no abandonarlo. Se lo agradezco.
Ah! y la ultima frase... impresionante, lo mejor del post, pero me dejo una imagen mental q ahora no se como borrarme...
Más allá de que Saddam haya sido un maldito dictador sangriento, la situación de la mujer durante su gobierno se acercaba cada vez más a la dignidad.
Gracias a todos por los comentarios y demás manifestaciones de adoración.
¿Vieron? Salió el crédito.
Ayer traté de comentar pero Blogger no me dejó. Quería agradecer su jodidísima presencia virtual en nuestras vidas. Ah, y recordarle que los iraquíes además de puñales cuentan con unas bonitas armas largas (fusiles, ametralladoras, qué sé yo) que gustan lucir cada vez que hay que festejar un atentado terrorista, los resultados de alguna elección medio fraudulenta o la muerte del cuñado con la excusa de que la oscuridad los engañó.
Bueno, sí, que se yo. Me da la sensación de que se las vendimos nosotros...
Además, en la CGT deben tener fierros más pesados.