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The Godfather (El Padrino). La emboscada. Resulta que a Sonny (James Caan) lo engañan a fin de que salga sin protección, como el loco explosivo que es, rumbo a casa de su hermana, quien fue golpeada por su marido. Entonces, su automóvil se detiene en una cabina de peaje en una autopista desolada, el dependiente de la cabina cierra la ventanilla y se arroja al piso, y estalla el pandemonio. ¿Doscientas balas? ¿Trescientas? Tal vez más. Intenso. Sonny Corleone recibió una lluvia de plomo en una de las escenas más recordadas de esta gran película. Es el tipo de balacera que te hacer preguntarte cuánto le dolió, o hasta qué balazo estuvo consciente. Fue bueno que sucediese, porque dió origen luego a la famosa frase “look what they did to my boy Sonny, look what they did to my son… ”, que yo uso cada vez que deshueso pollo. Esta escena sería lo más violento que le sucedió a James Caan en toda su carrera de no ser porque Annie Wilkes le rompió las patas a mazazos tras atarlo a una cama.
Silence of the Lambs (El silencio de los Inocentes). El garrote. Para muchos, Hannibal Lecter es el mejor villano de la historia del cine. A mi parecer, es al menos el que más estilo tiene, y el asesino serial que algún día seré, Dios mediante. Sin embargo, Anthony Hopkins se vuelve básico y elemental en la terrible escena de la jaula, garroteando a muerte un oficial, en un plano más que impresionante en el que no se ve otra cosa que la horrible expresión del ganador del Oscar llevando su boca ensangrentada, las salpicaduras correspondientes y el movimiento de su brazo. El camarógrafo debe haberse orinado antes de llegar a la parte en que el cuerpo es destripado y colgado artísticamente de la parte superior de los barrotes.
28 Days Later (Exterminio). El piquete extremo. Esta película es realmente violenta. Estamos hablando de zombies, muertos vivientes y las formas de eliminarlos, cosa que se repite en el género llegando a niveles casi cómicos. Cuando uno se dispone a verla, se va haciendo a la idea de que las muertes van a sucederse una detrás de la otra, pero la escena en la que el protagonista ensangrentado (quien resulta creepy nomás de verlo en una foto mirando tele) hunde sus pulgares progresivamente a través de las cuencas oculares del oficial “malo” (pero no zombie) entre gritos y gruñidos es una revolvedora de estómagos. Hacer explotar un caballo con un collar de dinamita no debe resultar tan violento ni tan estremecedor. Es el tipo de escena que hace que después de sucedida uno se pregunte: ¿Era necesario? ¿No podría haber venido al cine a ver otra cosa? La respuesta es no. Fue uno de los dineros mejor gastados en mi vida. Un auténtico Resident Evil.
Saving Private Ryan (Rescatando al Soldado Ryan). La puñalada. En una escena del principio, un soldado destripado llora y grita por su madre, pero en comparación con la escena que más recuerdo de esa película, parece un comercial de PinyPon. Esta muerte a la que me refiero corresponde al soldado americano judío (Mellish) que tras una pelea feroz a mano desnuda con un soldado nazi es apuñalado en el corazón, lentamente, con una daga que él mismo había sacado. “No… no…no no no no” dice el pobre flaco, a lo que el agresor responde: “Shhhhh…” mientras hunde la hoja. Terrible, realista… qué se yo. Si el servicio militar aún fuese obligatorio en la Argentina, y el aviso de reclutamiento me hubiese llegado tras haber visto esa escena, yo mismo (con una pinza pico de loro y unos metros de alambre) me hubiese roto la espina a fin de zafar.
Casino. La paliza del desierto. Recuerdo que cuando tenía ocho o nueve años, solía quedarme a ver tele durante madrugada, y así conseguí enganchar Saló, o “Los 120 días de Sodoma” sin saber de qué se trataba. Pero eso no me pareció tan violento como esto. Cabe decir que el personaje interpretado por Joe Pesci se la había buscado durante toda la película. Las había hecho todas, desde involucrarse con la mujer equivocada hasta robar a los jefes de la mafia para los cuales trabajaba, pasando por reventarle a un tipo la cabeza con una morsa o apuñalar a otro en la garganta con una lapicera. Así y todo, la escena de la golpiza en el desierto es demasiado. Cruda en todos los sentidos, ya que comienza con él siendo obligado (por sus ex-compañeros) a ver como su hermano recibe una tunda brutal, con bates de béisbol. La sensación horrible y desesperante de que es el fin, de que no hay salida. Impotencia pura, que luego se transforma en su propia cuota de batazos amigos. Desnudos y ensangrentados, ambos cuerpos son arrojados a una fosa en la arena, y comienzan a ser sepultados todavía vivos. Ahí es cuando te das cuenta de que tu laburo no está tan mal, aunque el sueldo no sea la gran cosa.
American History X. El "enjuague bucal ruso". Muchos no saben que esta gran película existe. Por un lado eso está mal, ya que en ella Edward Norton lleva a cabo una actuación absolutamente magistral y escalofriante representando a Derek, un “cabeza rapada” neonazi que da unos discursos de antología, hermano mayor del siempre perturbado Edward Furlong. Pero por otro lado está bien, ya que “American Histoy X” hospeda a lo que sin lugar a dudas es la muerte más violenta que uno pueda imaginar. Quienes la hayan visto, ahora estarán recordando con pavor silencioso ese momento (en blanco y negro) en el que Derek sale a la vereda en calzoncillos y botas, pistola en mano, y se encarga de “educar” al ladrón malherido, tan afroamericano como delincuente y desafortunado. Nada, pero nada, nada se acerca a eso. Derek termina en la cárcel, pero ni curando el SIDA habría podido llegar a reparar lo hecho.Etiquetas: Cine tele y así, Yo por Dentro
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Los hay quienes dicen que Dios no existe porque suceden los terremotos y los tsunamis. Eso no es sólo estúpido sino también aburrido, porque me parece mucho más simpática la imagen de un pobre pescador africano que tras rezarle durante toda la tarde al Dios tiburón, ve venir una ola gigante y dice algo así como: “¡Munboka numayakaba mukako!”, que (imagino) en afrikaans significa “si tan sólo hubiese escuchado a ese misionero antes de hervirlo”. Los hay quienes dicen que Dios existe en cuanto no se ha podido explicar el porqué de muchas cosas. Eso es tan sólo estúpido, ya que la ignorancia no es evidencia. Los hay quienes creen que Dios existe porque así fueron criados en sus casas y está escrito en un libro (estúpido, porque eso hace que prácticamente todos los dioses sean verdaderos, incluyendo a Spiderman) y los hay quienes no creen porque no se les oyen las plegarias (estúpido, porque Dios no puede hacer que Boca y River ganen el mismo partido, aunque creo que Grondona sí).
Hoy en día, no estoy convencido de que Dios sea tal y cual me lo han presentado. Quiero decir, he elegido a Cristo como mi salvador, pero fue una decisión responsable y no el producto de una percepción. Nunca se me presentó un ángel con trompetas y espadas (simplificaría el asunto y lo haría mucho más interesante) ni se me apareció Jesús vestido de blanco con un mensaje de redención. O sánguches. Nunca presencié un milagro gigantesco, ni nada de eso. Que me he sentido overwhelmed en más de una ocasión, seguro, pero más veces fuera que dentro de una iglesia. Y podría haber obedecido a muchas otras cosas además de la intervención del espíritu santo. Podría haber sido amor, pánico, pata de cabra o empacho, por ejemplo. Porque debe haber agnósticos overwhelmed.
He aquí que entre los tantos dilemas que se me presentan, está mi bautismo. Digo, ya he sido bautizado cuando bebé católico, pero eso es decir poco. No tomé la comunión (mis videojuegos no iban a jugarse solos, caramba), pero mi bautismo adulto en una iglesia se avecina. Ahora bien, quiero que mi nuevo “compromiso responsable” con Dios funcione como corresponde, pero no estoy dispuesto a querer “curar” un homosexual y llevarlo por la senda de Dios. Por mí está bien así, mejor, más minas para los muchachos que quedan (camaradería y honor). Mucho menos voy a cantar en el coro, simplemente porque una persona seria no canta a menos que sea por plata, y ante un montón de gente que pagó una entrada. Tampoco pienso hacer carrera diciéndole a los musulmanes y judíos que yo tengo la posta y ellos están meta y meta hablar pavadas, porque la verdad, el Islam tuvo a Saladino, el mejor rey que jamás haya existido, y si lo descarto es por eso de que la mujer pasa a ser cualquier cosa salvo una compañera en la vida. Bueno, por eso y por el hecho de que Alá era tan pedófilo como cualquier cura católico. Por otro lado, no me opongo a todos los abortos, ni a todos los homicidios. Por algunos, incluso, saldría a juntar firmas y recaudar fondos. No hay vergüenza en ello. Hagan las cuentas. Termino siendo un incongruente cristiano “new age”. O algo peor: un hare “hippie” krishna con tintes sintoístas. Espero resolverlo.
La macana es que, indefectiblemente, cuando adoptás una religión por completo, estás dando a entender que por lo menos seiscientos millones de personas están equivocadas, ya sea ignorando o descreyendo (ateos) o simplemente conversando con un amigo imaginario (otros). Lo confieso, no me da el ego para tanto. No me creo tan sabio. Tal vez porque todavía quiero creer que los musulmanes buenos se van al cielo musulmán, y no a un infierno cristiano. Llámenme ingenuo.
Igualmente, peor le debe ir a Tom Cruise. Digo, a nadie le quedan dudas de que eligió la única religión que no es cierta. Eso es tan triste como esperar un colectivo en la parada equivocada durante un día de lluvia, o como que te regalen un dragón bebé (él último que existe) y al volver del trabajo lo encuentres muerto de sed porque lo encerraste y antes de salir te olvidaste de llenarle su tarrito de agua. O porque estaba jugando en tu escritorio y se le cayó encima una enciclopedia.
Bueno, no, tal vez no tanto. Nada puede ser más triste que eso.
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No tengo palabras para describir lo que sucede en mi organización psicofísica en este momento. Me tiemblan las manos. Mi existencia se enriqueció a niveles que yo creía imposibles. El cerebro se me está licuando de placer. El tema se llama “Sweep the Leg” (BÁRRELE TIENE EL CAST ORIGINAL… EL MADITO CAST ORIGINAL, ESTÁN TODOS, ESTÁ TODO EL GRUPITO… HASTA EL MALDITO RÉFERI. HAGAN CLICK, ¡¿EN QUE IDIOMA TENGO QUE DECIRLO?!
Y también aquí:http://www.sweeptheleg.com/
O haciendo click encima de estas palabras que están escritas en otro color porque son un maldito hipervínculo.
Lo único que lo aleja de la perfección y de ser lo mejor que me pasó en la vida es la ausencia de dos personas, ambas fallecidas. Se lo dedico al “Negro”, con quien me gustaría estar compartiéndolo, y a Noriyuki “Pat” Morita, quien habría bastado para redondear un segmento de imágenes y sonido que está muy cerca de convertirse en lo que muchos conocemos como “Dios”.Quien haya puesto el dinero para hacer este videoclip se merece que la humanidad toda haga una fila para practicarle sexo oral.
Me fui al carajo, no importa. Podría quedarme horas y horas escribiendo a este respecto. Ahora, si me disculpan, tengo que ir a verlo ochocientas veces más. Más les vale dejar comentarios que empiecen con la frase: “Esto es lo mejor que vi en mi puta vida” o "Put him in a body bag, Johnny!
Y si quieren leer una entrevista (en inglés) en la que William Zabka habla de todo el proceso, pueden hacer click acá.
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La cuestión es que, conmigo, el tenedor libre no gana. Siempre regreso a casa habiendo comido más que suficiente para desquitar el dinero abonado. Y podría decirse que mis victorias se deben a que lo veo casi como a un desafío. Tomaremos por ejemplo al más caro (y cercano a casa) de los que anduve frecuentando algunas veces. Ellos cobran 30 o 35 pesos (dependiendo de si es día, noche, viernes, víspera de feriado, sábado, domingo) porque creen que eso les da ganancia, que nadie va a comer 35 pesos. Incluyen una bebida y postre libre. Es lo mismo que decirme: “¡Miren a la nenita, que linda nenita, ay mírenla, pero si es Betty Boop, que no puede comer diez dólares en una sola comida! ¡Cuidado Betty, no te vayas a tropezar con el hilo de tu tampón!Etiquetas: Comestible, Yo por Dentro
Estuve pensando demasiado respecto a eso de no tener siquiera un mínimo tatuaje. Tal vez deba hacerme uno, pronto. A fin de cuentas, a la hora de hacerse un tatuaje, el aburrimiento es tan buen motivo como cualquier otro.
Cabe decirse que eso de tener que andar explicando el tatuaje, el significado, y toda la perinola, se me hace desde ya, demasiado engorroso. Por otro lado, en mi círculo cercano más íntimo no creen inteligente la idea de tatuarme. Yo tampoco lo creo. Pero eso lo hace también útil a la hora de fastidiar, porque puedo tenerlos amenazados a todos bajo las palabras: “Ah, si vos me ponés a dieta de verdurita para bajarme el colesterol, yo me hago un tatuaje en la frente que diga:
Sin embargo, eso no quita que tome ciertas precauciones. Es por eso que ya elegí lo que me hará debutar en el mundo del garabateo dérmico, en caso de llegar el momento. La idea, sería la de grabarlo todo en letra cursiva, fuente Matura MT Script Capital, sobre la parte superior de la espalda:
"Sí, Rosas, te maldigo. Jamás dentro de mis venas -la hiel de la venganza -mis horas agitó. Como hombre te perdono -mi cárcel y cadenas- pero como argentino, las de mi patria, ¡no!"
No creo que se pueda pedir mucho más que eso.
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