Al Sábado
Yo por Dentro – Vida Diaria
5.30 a.m.
Suena el despertador del celular, tengo que trabajar. Lleno de odio, me levanto. La televisión (despertador de emergencia) se enciende automáticamente. Caliento pan, pongo a hervir agua. Sigo lleno de odio. O sueño. Es lo mismo.
6.38 a.m.
Camino rumbo a la estación de tren, se me acerca un muchacho sospechoso, cruzando la calle. “Eh, amigo… ¿No querés pelear conmigo?" Eso me despabila. Automáticamente echo un vistazo alrededor y a mis espaldas, buscando al resto de los que piensan asaltarme. No se ve a nadie y no hay muchos lugares donde esconderse. Pueden estar esperándome en algún lugar al que el tipo quiera hacerme llegar corriendo. "Vení, eh, no te la bancás, puto, te cago a palo", me dice, no le hago caso. Está probablemente bebido. Comienza a quitarse la campera. “No, gracias, tengo que ir a trabajar”, le respondo, sin aminorar la marcha pero sin detenerme ni perder distancia; sin prestarle atención pero observando todos sus movimientos. Lo dejo hablando solo pero ya he puesto mis llaves en mi mano por si tengo que quitármelo de encima abriéndole el cráneo. No, las manos sirven más desnudas, ¿en que estaba pensando? ¿quien soy? Sonrío. Un hombre de unos cincuenta años camina hacia nosotros. “Eh, amigo”, le dice el Damasgraticus Resacosus, “¿querés pelear conmigo?”. Me alejo del lugar.
7.45 a.m.
Compro chipá. Dos. Los siento todavía tibios en mi mano.
7.55 a.m.
Empieza la jornada laboral.
8.00 a.m.
Estoy nervioso. Sentado frente a la PC me arrepiento de haber comido todo mi chipá cuando se detuvo el semáforo. Diantres.
3.20 p.m. Calle Florida. Necesito llegar a una conocida casa de ropa de lana de hechura marplatense a preguntar stock. Debo ser el único no turista en cincuenta metros a la redonda. Los embotellamientos humanos y mi cercanía a dos jóvenes que conversan en inglés y camina delante de mí confunden a un gordísimo mendigo que me toma por el hombro a la entrada del local a la voz de “please, dos pesos”. Me quedo sorprendidísimo, pero alcanzo a decirle “please, get your hand of me”. El linyera interpreta mi ceño fruncido como una negativa y se vuelve humilde: “one peso, por lo menos one peso please”. Resultó que no había stock de sacos, será hasta el año que viene. “One peso” insiste cuando salgo. “¡Gwarhg, marino! ¡Tan sólo doblones tengo, gwarhg!” le respondo. Me manda a la mierda.
3.40 p.m. Abordo el tren para volver a casa. Me siento junto a la ventana y en sentido contrario al movimiento del convoy, a sabiendas de que otros van a tener que ceder el asiento antes que yo cuando las “abuelitas” y “mamis” empiecen a subir en Belgrano. Saco la última edición de “Caras y Caretas”, que mi novia me mandó comprar, me engancho leyendo. El tren se llena en Retiro, antes de partir. Sube una mujer con tres niños, uno de ellos en brazos. Se para junto al hombre que no dura mucho más tiempo sentado al lado mío. Expropiado el asiento, siguen sobrando niños gritones. El pasajero del asiento opuesto se levanta también. El mayor de los niños tendrá seis años. No para de hablar y preguntar. Habla con claridad, articulando asombrosamente un vocabulario maravilloso. Su acento es indiscutiblemente peruano. Se levanta el hombre sentado frente a mí y cede el asiento. La mujer agradece: estoy rodeado.
3.48 p.m. Arranca el tren. El niño no se queda quieto y me patea la mochila. La corro. Sigue moviéndose. La madre hace un carajo. Me pregunto si estaré listo para ser padre, mientras el niño cabecea contra mi revista como rascándose contra ella cual vaca contra poste. "Callá esa mierda, callá esa mierda, callá esa mierda" pienso. Pero la mierda no se calla. Le deseo la muerte, una, y otra, y otra vez. Pero la mierda no se muere.
4.35 a.m. Me bajo del tren en Virreyes, la mierda sigue viaje. Mientras camino pido a Dios que se me aparezca el Damasgraticus Resacosus buscando pelea. Dios es sabio, y el damasgraticus no aparece. Me siento mejor, voy rumbo a casa.
4.45 p.m. Llama mi atención un muchacho de aprox. 17 años que subido a un scooter habla por teléfono celular en plena avenida. Unas damitas del orden de las “medio pelo” que caminan en sentido opuesto lo llevan a desviar la mirada y exclamar “Chaaaau, chicaaaas”. Pumba. Un auto lo levanta por el aire y lo hace salir volando hacia adelante. Aterriza a espaldas del automóvil de vidrios oscuros del que nadie desciende. Se levanta. No se da cuenta de que ha sido víctima de un milagro, toma el scooter y sigue de largo. Me pregunto porqué no se incrustó en el parabrisas. Sonrío.
5.10 p.m. Llego a casa. Tengo sueño. Almuerzo (trago). Tomo un Ticket Plus de la “chequera” y camino rumbo a la carnicería, llevando un 68% de la camisa fuera del pantalón. Compro un buen pedazo de vacío y un pollo de tres kilos. Veintiún pesos. Casi perfecto. Saco un billete de dos y cubro el peso que falta. Moneda para el colectivo.
5.30 p.m. Trozo y deshueso el pollo. Impecable. Limpio el vacío. Impecable. Sonrío.
Ahá, ahá... bueno, interesante el día... ¿querés pelear?
Me imagino que el pollo te salió muy bueno, porque pensabas en el palo que se dio el salame ese del scooter.
Saludos!
jujujajujaju
lqzfvvvm
(A lo mejor hago un concurso a ver que quiere decir)
Animal: Jajaja... no, no, Animal. Tendríamos que pelear a muerte y no estoy en condiciones esperituales de renunciar a tu blog o al mío. Me gustan bastante ambos.
Pero podemos organizar algo; si gusta puedo ofrecerle las coordenadas que le permitirán ubicar al damasgraticus resacosus. Aunque se va el honor al carajo, sabrá usted.
El Turi: No, el pollo me salió bueno porque soy un gastronómico maravilloso. Mentira, no lo hice todavía, tan solo lo voy usando a medida que lo necesito, por porciones. Saludos.
hey you, five peso for birra!
si lo encontrás al damasgraticus por ahí.. mandamelo para rosario.
tengo unas ganas de embocar a alguien!!!!
mmmmmm... pollo a la crema.. que rico!!!!
p/d: nhudef (juro por diooo) nunca hubo un dinosaurio en frac.
Besos
Los mendigos bilingües son lo maximo!! Me hacen recordar a las fanaticas empedernidas que en los recitales le gritan a su idolo "Ai lóbiu! Ai Lóbiu".. Y las mas estudiadas llegan a decirle "Sing Iensabaia plis"..
Deapoco: Cada uno saca ventaja de donde puede supongo. Pero hay que ser crápula, eh... ¡Dos pesos! Un peso por lo menos! Más que limosna, es pedirme un préstamo...
Araña: No, el pollito sale grillado con papas fritas o puré. En una de esas, con morrones y cebollitas.
PD: Si que lo hubo: el dinosaurio Bernardo en la entrega de los Martin Fierro.
Taitapop: No le entendí lo último, eso de sing lensabaia...
Pero resulta curioso que las fanáticas desconocedoras del idioma sean siempre las más fervientes y fieles seguidoras.
Claro, ahora ponen un mínimo para la mendigada. Salió después de la ley antitabaco. En realidad es un decreto.
Al damasgraticus resacosus estaría bueno hacerlo pelear contra una bala.
Lo del pollo y el vacío me dió hambre.
Definitivamente no estoy preparado para ser padre. Los aborrezco tanto como cuando de sus cuerdas vocales no salen más que alaridos así como cuando sus débiles esfínteres fallan.
Saludos y que tenga buenos días.
Yo creo fervientemente que el día hubiera sido mucho mejor si a las 6.38 am dejabas a alguien en el piso, sino fijate que a las 4.35 pm tu ello no satisfecho te estaba pidiendo eso mismo!!
Moraleja: la "no violencia" caduca entre las 10 y 12 horas de surgida la controversia.
Pesimista: Uhhh... cuanto tiempo había pasado sin que escuchase eso de "hacerlo pelear con una bala". Aunque en realidad lo estoy leyendo. Que tenga usted buenos días, don.
Paréntesis: Que el boxeador camorrero se zurre con el viento, uno no debería prestarse a semejantes despliegues de mediocridad pugilística.
Desde que se inventó el blog se acabaron los guapos!
Ah,no, era la polvora.
Que dia más loco.
Luciano: No se crea... es tan solo variado. Los he tenido peores, ya sabe que soy un forajido del azar.
El "one peso" también lo escuché, no dirigido a mí, por suerte. Pero en alguna región europea me han llegado a pedir en 3 o 4 idiomas (los senegaleses aparentemente tienen el don de lengua). Supongo que estamos volviendo a ser la París de América del Sur.
Siempre podés comprar los pollos vivos y matarlos con tus propias manos, después de todo acogotar a una persona no debe ser muy diferente que acogotar un pollo o una gallina y supongo que debe tener un gran efecto catártico sin los perjuicios de ir preso y con posteriores loas por lo "fresquita" que está la comida.
¿No?
Pequeñas anécdotas de la vida diaria...
UFA
Es muy interesante como a lo largo del día encontraste el modo de sublimar tu odio al agresor matutino: le hiciste al pollo lo que le hubieras querido hacer al cumbiero choborra. Digo...
lo que me quedo: arrugaste
Para la proxima don Mantis fijese si puede contar como se peleo con el damasgraticus, si hace falta le presto mi katana, como ahora uso sable laser vio qedo ahi medio abandonada, eso si, corta q es un "puema de de katana".
Atte. Roberto Peturra
Yo ya quería ver el Kung fu de la Mantis en acción, aunque el kung fu del damas gratis choborra no creo que hubiera sido digno rival.
"Caras & Caretas"????????? HDP!! le hubieras dado el importe de esa mierda al linyera!
Cabe decir que había escrito respuestas largas y bonitas para todos pero blogger me arruinó nuevamente y no da para hacer todo de vuelta.
Considérense todos saludados y queridos.
que lindo se disfruta los sabados.. aunque no se haga nada. yo me levanto temprano, voy a comprar facturas, estoy un rato con mi hijo aunque mucha bola no me de porque está con los ps3 juegos todo el dia. despues voy a la peluquería y vuelvo a quedarme viendo peliculas.. salgo a dar vueltas pero disfruto mucho tapada descansado y mucho mas en invierno!!