¡Marcha y sale!

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De un tiempo a esta parte realicé algunas prácticas y pasantías en restaurantes de la zona, ya que me encuentro estudiando gastronomía.

Ete aquí parte de lo que aprendí en Tigre:

1- La grasa de pollo en una herida abierta no actúa como antiséptico. Mas bien todo lo contrario.
2- La grasa de pollo en una herida abierta, arde.
3- El queso rallado en una herida abierta también arde, más todavía si uno no puede quitarse aún la grasa de pollo.
4- En el mundo hay muchas papas. Muchas. Y necesitan ser peladas.
5- En el mundo hay más cebollas que papas. Y también necesitan ser peladas.
6- El agua sucia no desinfecta las heridas abiertas embebidas en grasa de pollo y queso rallado.
7- A los argentinos les gusta mucho el lomo grillado, y algunos lo disfrutan tanto que vienen a pedirlo a las dos de la mañana.
8- Las cocinas industriales se ensucian mucho y la grasa se quita con esponja de acero y una mezcla de limpiadores que rompe guantes y hace que la mugre se pegue a las uñas como tumores.
9- El control de bromatología es un mito griego. Hay mas chances de que yo muera de cáncer de útero, que de que se respeten las precauciones para evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos.
10- Todo se recicla y es comida de personal. El lomo del viernes es sanguchito del sábado y estofado del domingo. Y el lunes no sé, porque no fui, pero quizá lo hagan crema pastelera. A los futuros hijos de los camareros les van a salir tres ojos, como al pescado de los Simpsons.
11- El turista clase media come cualquier cosa, pero no opina ni le interesa.
12- El argentino dominguero come cualquier tronco y se la da de conocedor.
13- El argentino dominguero bebe cualquier sopa de uva y se la da de conocedor.
14- El único que hace plata es el dueño del restaurante.
15- Las “Curitas” no se adhieren a los dedos embebidos en grasa de pollo, agua sucia y queso rallado.