miércoles, marzo 16, 2005

Last Train to Mantis

Vida Diaria

Aquellos quienes no posean la dicha de la movilidad propia (me refiero a la falta de auto, no de piernas), de seguro se encuentran en mi humilde situación y deben recurrir al transporte público cuando llega la hora de recorrer ciertas distancias. Esta vez, es el tren lo que me trae a estas letras, o mejor dicho, el poco equilibrio que se establece en la relación "Cantidad de asientos a ocupar - Cantidad de Pasajeros"

Quien escribe (léase Mantis), por lo general suele ceder su asiento a las personas de edad muy avanzada (léase viejos). Lo hago incluso con cierto placer, y siento que estoy obrando con nobleza; estableciendo una conexión directa con todo lo que es bueno y justo en este Universo. Veo en estas personas a mis abuelos/as, y palpita en mi corazón la idea de que estoy haciendo que éstos últimos se sientan orgullosos de un nieto cuyo crecimiento no pudieron presenciar a destajo.

Ahora bien, hay momentos en los que siento que nada le debo a este Universo pijotero al cual sólo le falta embarazarme de un extraterrestre para terminar de joderme, así que aquí dejo tres accionares a considerar cuando llega la hora de viajar con moderada comodidad en nuestros preciosos ferrocarriles.

Maniobra Primera: La Biblioteca de Alejandría.

Esta es la única que puede ocasionar efectos secundarios positivos. Consiste en que uno, al ver acercarse a la débil anciana, comience a leer como alma que lleva el diablo. Siempre es conveniente llevar un buen libro en la cartera o mochila (para obtener tal efecto positivo), pero si no contamos con éste, también pueden sacarnos del apuro una agenda vieja, un libro de autoayuda, algun apunte de la facultad, un manual Santillana de Cuarto Grado, cualquier cosa que lleve letras impresas... todo depende de las ganas que tengamos de salir victoriosos. En alguna ocasión, he visto a una joven leer un panfleto de teléfonos celulares Nextel con tanta emoción, que creí que iba a romper en lágrimas cuando al girar el trozo de papel, se encontró con que el dorso estaba en blanco.

Maniobra Segunda: Coma Profundo

Esta es muy común cuando cae la noche, pero vale hacerla a todo rato. Simple: cuando nosotros nos percatemos de que la viejita se dispone a inspirar lástima, inclinaremos nuestra cabeza a cuarenta y cinco grados en cualquier dirección, y nos arrojaremos con dedicación a la tarea de simular el más soberano estado de pérdida de conciencia, abolición de la motricidad y disminución de las funciones a niveles vitales. Nunca falta algún metido -suele ser un hombre de 45-60 años de edad que también viaja parado, de bigote o medio pelado- que quiera despertarnos, tomándonos y sacudiéndonos por un hombro, pero nosotros persistiremos, porque somos mas fuertes. Nada podrá interrumpir nuestro fingido letargo, salvo un desfibrilador médico o un buen incendio en el convoy. Eso sí, hay que tener cuidado, porque si el viaje es largo podemos llegar a quedarnos dormidos en serio, y despertar en Capilla del Señor.

Maniobra Tercera: El Gran Observador.

No es la más popular, debido a que resulta difícil de ejecutar y requiere de una gran concentración y ciertas dotes actorales. Si se la echa a andar a menudo, resulta exquisita. Apenas la vieja cruce la puerta e ingrese al vagón, voltearemos nuestra cabeza hacia la ventanilla y ya no nos moveremos hasta llegar a destino. Pastos y yuyales sin cortar, bulones flojos entre los durmientes, graffities de clubes de Segunda División, propagandas políticas, la quinta de Olivos... todo se convierte en algo que nos apasiona; todo lo contemplaremos como quien pasea por la Capilla Sixtina y de repente de topa con el Jucio Final de Michelangelo. No importa si el paisaje es el mismo de todos los días, a ojos de la vieja debemos lucir una expresión de incomprensión cósmica similar a la que esbozó el cavernícola que descubrió el fuego por vez primera.

Nota: A las jovencitas lindas que tienen bebés o están embarazadas no les dejo el asiento nunca. Si no vinieron a buscarme antes para que nos divirtiésemos juntos, no tienen porqué venir a buscarme ahora.

4 Comments:

Blogger lemonpiegigante dijo:

La nota final fue lo mejor (?)

jaja nah, o sea... la maniobra tres siempre fue mi preferida, por eso odio odio odio cuando no me toca del lado de la ventana.

Beso!

miércoles, julio 05, 2006 2:24:00 p. m.  
Blogger Miss M dijo:

A mi la de la ventanilla me sale naturalmente!!! me cuelgo mirando para afuera y si estoy escuchando musica que es lo normal, se me puede sentar al lado un antílope rosa con un hacha clavada en la cabeza cantando "we will rock you" que no me voy a dar cuenta... menos me voy a dar cuenta de que aparecio una vieja.

Igual soy buena y cedo asientos, pero como viajo en colectivo y soy buena pero no boluda, me suelo sentar lo mas atrás posible, asi puedo disfrutar de un placentero viaje cómodamente sentada

jueves, julio 06, 2006 4:15:00 p. m.  
Blogger Mantis dijo:

No, Lalu. Lo mejor sos vos. Últimamente vengo practicando más la segunda, debido a que vengo con noni y me levanto a las 5.30 de la matina.

Marina: Yo al antílope le daría el asiento, que quiere que le diga. No me complace escuchar música en tren, no se porqué. Casi siempre leo o pienso y apunto tips de las pavadas que terminan convirtiéndose en estos posts.

viernes, julio 07, 2006 8:35:00 a. m.  
Blogger Rambo dijo:

No sé por qué, pero el viaje en bondi y los 15 minutos antes de dormirme en la noche son mis momentos más lúcidos, introspectivos y creativos que tengo durante todo el día. Es ahí cuando salen muchas de las cosas que terminan en el blog también.

En cuanto a no ceder el asiento, yo no solo no lo doy sino que subo al colectivo rengueando para ver si alguien me lo quiere dar (para esto tenés que mantener una de las dos piernas completamente extendida, pero con el pie fláccido e ir subiendo un escalón a la vez, tomándote con ambas manos de los pasamanos, chocando contra otras personas simulando falta de equilibrio). Regla: negar la primera vez con cara de dolorido, aceptar ante la primera insistencia. Se puede llegar a lograr una lismona si nuestra actuación es lo suficientemente convincente.

domingo, julio 09, 2006 6:06:00 p. m.  

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