sábado, marzo 26, 2005

Imagine there´s no rabbit, it´s easy if you try...

Del Habla - Religión - Científicamente


Días fríos sin trabajo ni escuela, mucho chocolate, meriendas y desayunos acompañados de roscas llenas de crema pastelera... en definitiva, incluso para los ateos, Semana Santa es un regalo de los dioses, en todo el sentido de la palabra. Ahora bien, mi actividad cerebral descarriada me ha llevado a preguntarme el porqué de los “Huevos y Conejos de Pascua” en muchas ocasiones.

Hoy por fin investigué un poco, y lo primero que encontré fue lo siguiente:

- Resulta que en la antigüedad, para Semana Santa o un momento cercano a dicha fecha en el almanaque, se solicitaba con ímpetu particular el abono de los impuestos a la corona. Como muchas personas (granjeros, supongo) no contaban con el dinero para pagar, saldaban sus deudas con (sí, adivinaron) huevos y conejitos.

Sonaba lógico, pero no quise quedarme con esa única fuente de información. Fue entonces que encontré esto:

- Desde tiempos inmemoriales, los huevos simbolizan la resurrección, el regreso inquebrantable de la vida (cuestionable metáfora). Se supone que un conejo pudo presenciar el mismísimo momento en que Jesús resucitaba, y al no poder expresarse con palabras (algo coherente en los conejos, al menos los que he tenido el gusto de conocer sobrio) se apareció ante algunos creyentes llevando huevos dorados. (¿¿??)

Me pregunto... Cuando de milagros se trata, quien puede lo más debería poder lo menos, ¿no? ¿No es acaso desproporcionado el hecho de que un conejo que no pudo hablar lograse que por lo menos una persona comprendiese que el salvador de la humanidad había vuelto a la vida (eterna, para mejor) mostrándole un huevo?

Insisto: ¿Es humanamente posible llegar a la conclusión de que Jesús ha vuelto de entre los muertos con tan sólo ver a un conejo empujando un huevo dorado con el hocico? ¿Era una especie de superconejo freudiano que salvaba sus imposibilidades vocales gracias a un conocimiento celestial de la psique?

Vuelvo a insistir... Hay que imaginar con ganas, en serio... ¿No habría sido más fácil hacer hablar al conejo o convertirlo en un fulano a fin de que pudiese dar la buena nueva? Si en vez de un conejo trayendo huevos, la gente hubiese visto a un mono verdeazulado tratando de ponerse una tortuga de sombrero ¿Habrían deducido que la Tierra era redonda?

Después de leer semejante disparate perdí el interés en averiguar el porqué del chocolate. En este acto hago entrega del premio “Delirante Mantis de Oro” al tipo (ídolo, barrilete cósmico) que gritó: “¡Miren, un conejo trayendo un huevo dorado! ¡Eso quiere decir que el salvador ha resucitado!” y logró encontrar la más rebuscada forma de explicar e interpretar cualquier cosa en la historia de los tiempos. *

Si non e vero, e benne trovatto...

*Nota: Se aclara a todos los papanatas que puedan sentirse ofendidos en su fe, que quien escribe estas líneas ha aceptado a Jesucristo como su salvador, y no va a rendirle cuentas a usted al respecto de las formas en las que obra el espíritu santo en el corazón de cada hombre. Antes de juzgarme, tírese a un pozo.